viernes, 15 de mayo de 2015

no soy pacifista


No soy pacifista,
y sé que la violencia puede ser razonable,
no me gusta cruzar los brazos,
dejar los puños como péndulos,
cuando sé que la vida es injusta,
hay momentos en que la única forma es ser práctico,
y golpear, golpear fuerte,
porque hay puñetazos que también pueden ser éticos,
si la situación lo requiere,
he defendido y me han defendido fuerte,
no me compadezco de alguien que es violento y en su violencia es injusto,
he aprendido pues aprendido a golpes,
certeros y dolorosos,
que la vida es dura si no te defiendes,
o defiendes por lo que luchas.
No entiendas mal ni me juzgues,
no justifico al violador
o al grandero,
al policía que disparó a un buen muchacho,
al asaltante que en su sadismo quiso apuñalarme,
al niño que golpeó a mi hermano,
a esos gandallas que le pegaban al curro,
a los que aplastan,
a los que oprimen,
hay momentos en los que el diálogo no es posible
y defender es premisa inminente,
y bueno pues yo no sé agacharme,
poner de a dos en dos las mejillas,
he estado tras la rejilla una o dos veces
y no me arrepiento de haber salvado,
de una patada en los huevos,
al señor que asaltaban,
a mi compañero del alma,
de recibir tres cuerazos,
de quitarle al chaparro unos golpes,
con su brazo de yeso, con fatal desventaja,
a veces se escribe la historia con letras,
pero solo los golpes han marcado la vida,
sé que golpear puede ser justicia,
en determinados algunos casos ha sido necesario,
cuando de proteger y protegerse es escudo,
me he defendido,
nadie podrá negarlo,

Sé que discrepas y puede ser muy romántico,
pensar que el acto de la palabra puede mediar las cosas,
que la violencia no debe justificar las cosas,
me pregunto cuántas veces te han humillado,
por no defender lo que debes.


Un golpe debería ser ético,
en éste mundo injusto y poco romántico,
no le diría porfavor al violador ni al asesino,
no callaría con poemas al que irascible,
estaba golpeando a su esposa.

1 comentario:

  1. ¡Bien! Esto ilustra bastante el fondo ontológico del mal; ayuda a precisar la inatinencia de discutir en el marco de las asambleas el signo de la violencia, como si pudiera ser esa idea sola lo bastante clara y normativa. Varios creemos que el asunto está hinchado de ideología, sospechamos porque es muy eficiente en hacer la mirada opaca y las distancias más largas.

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