miércoles, 27 de mayo de 2015

la facultad inconfundible


Tengo la facultad inconfundible,
 de enamorarme de las más dulces patanas,
ácidas flores de desierto,
de las más dulces mentiras me he engañado,
de las que desaparecen
y aparecen como gato apaleado al tercer día
y de las que no saben regresar a casa,
porque he sido casa,
lo he sido todo.

Tengo temor de no poder enamorarme honestamente,
más que de esa variedad inaccesible,
de las más honestas mentirosas,
porque siempre supe que nunca decían verdades,
de solo amar las mujeres locas,
de encontrar meretrices y pasar un rato.

ya no siento vacío en ser un habitante pasajero,
habitante de la soledad,
paradero de ningún lugar.
Fraternalmente ya no busco,
compartir mi tiempo con chamacas,
y mis fantasmas conocidos vuelven tras los días,
de trazo de luna,
caminos de luz negra han guiado éste camino,
y también me disculpo,
fraternalmente honesto,
de no haber amado a quien debía,
de tener un pecho de cedro frágil,
roca tosca,
que cuando me caigo,
es imposible levantarme.


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