jueves, 26 de marzo de 2015

sangre de dragones

La noche siempre arrastra a los fantasmas
el viento arrastra,
a los muertos secos,
al miedo vendaval,
la conciencia de árbol, de suburbio,
heredando hazañas,
mientras las patrañas se desayunan como imagen,
corazón violentado  escupe fuego,
los pies ensangrentados de la tierra sangra,
tierra sangra agua de oro,
tierra santa ruega por nosotros,
los pocos que defendemos con la muerte a la vida,
la tierra santa que se vende por las almas,
que a nadie parecen importarle,
censura.

La huella de la historia la tinta corrompida,
los que ganan,
ponen en tinas de sangre y de formol,
a la libertad como una estatua,
la hambruna se expropia para venderse,
somos hambre, somos renta,
se gana siempre se gana,
se pierde, siempre se pierde,
en los castillos los peones van al frente,
por los que luchan se hace el sacrificio,
pero se sacrifica por quien lucha,
se sataniza a los perdidos,
la historia está llena de vendidos,
y su risa marca la cruz de nuevas leyes,
que vuelva el corazón de fuego,
para tener visión y tacto,
a veces hay que romper y quemar instituciones,
podridas desde la raíz humana. 

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