Tengo la misma sensación de esas noches, esas ganas de cagar que te dan antes de enrollar el billete de cien que usaba para aspirar coca, ese sudor en la frente y escupir las flemas para que no se te fuera la raya a la garganta y te terminara por trabar la quijada y vomitando toda la bilis en la alfombra, las gotas de sudor frío, los tics nerviosos, el temblor de manos que al final esa noche terminaron por tirar la raya que estaba sobre el disco de los red hot chilli pepers, esa misma sensación previa al pasón... Esa noche no recuerdo mucho más, me dejaron en la puerta de mi casa, fue la última vez que me metí coca.
Julián Herbert - Manual de usuario
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