sábado, 6 de septiembre de 2014

9.6




irse descubriendo al vivir,
 solo,
o relativamente solo,
es curioso,
ahora soy más hogareño y sé que las cosas no se harán solas
que los trastes sucios me esperan en las noches,
que dejo el polvo en las esquinas de la casa,
que entiendo la belleza de encontrar una cama tendida y limpia,
después de un día de trabajo.

me voy descubriendo aún sin clavos en los muros,
las paredes esperan las pinturas que me obsequien los amigos,
esos serán lo pobladores de mi casa.

por primera vez,
 le he faltado el respeto a los antiguos habitantes,
no quiero sus fantasmas ni sus ecos,
hago peticiones a la vida,
que solo entre amor a mi cobija
y tuve un momento tan adicto,
cuando me descubrí oliendo nuestro sudor en la cama,
como las monas de pvc del tiempo infatúo,
para poder dormir,
tranquilamente en tu ausencia.

amo el océano que queda en la sabana cuando te marchas,
no pensé nunca que podía ser navegante,
no tenía un punto de comparación,
a ésta dicha de temblarte,
de habitar la taquicardia,
de que te recuestes en mi pecho,
y hagas un tum tum al son del corazón.

tu risa es la luna creciente,
qué la única forma que tengo de quererte,
es enamorarte un poco más en cada día.

las letras se quedan cortas,
decir te amo,
es tan sintético,
son palabras reducidas,
para encasillar,
que te prefiero a mi café de mañana,
que te prefiero al cigarro,
que tan me asusta no verte,
que te he esperado la vida,
ahora que te tengo y no te ato,
por que solo se mata lo que se amarra,
quiero quererte libre, 
que caminas sobre nubes cuando andas,
que me cuelgo de tu mano
que el reducto de la palabras suelen desnudar mi alma,
así que aquí estoy,
desnudito, 
ese día que tengas que volar,
que sepas
que estaré por aquí esperando,
a que regreses,
tan solo para verte.






2 comentarios:

 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...