martes, 5 de agosto de 2014

Por un instante de miedo

Ésta noche la soledad es un poema,
Lleva tu nombre, 
Lleva el rostro de tu ausencia,
Porque tu rostro es la única presencia,
Iridiscente, 
Puedo saber cuando estas cerca,
Uno camina en penumbra,
Con la certeza de andar a tientas todo el tiempo
Y a uno no le importa,
Por que no se conoce otra cosa,
Todo puede ser gris eternamente,
Uno puede desconocer la cualidad que tienen los colores,
Pero hay algo, 
Irremediable,
Uno también puede saber cuando te acercas,
De pronto,
Se empiezan a ver iluminados los rincones,
Nunca supe el color de las paredes,
Ni siquiera sabía de su precisa existencia,
La verdad, 
nunca me interesó demasiado,
Solo eran mapas de moho.

Ésta noche la soledad trae tu rostro,
Y es tan bello sentir ese flagelo,
Porque aunque no estas aquí puedo percibir muchos matices,
Sigues iluminando,
Y  doy vueltas en la sala,
Con el temor de perder tu iridiscencia,
Todo este día fuiste la luz del cielo,
Ésta noche que te extraño,
Que me iluminas apaciblemente,
No tengo ningún resquicio de miedo por quererte,
Mi temor es inminente,
Que un día como hoy que no se prestó para observarte,
Se vuelvan grises las paredes 
Y que tu boca no venga para iluminarme.

Y al final o en principio, 
Sólo sé,
Que

Solo Quiero aprender a quererte


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