no podría más que adornar un autorretrato
siempre fui un viajero frustrado,
un mar inexplorado,
habitante de un caravaggio
un
claro-oscuro
nací con el viento por nombre,
nací en el barrio, ahí me crié
o aquí,
que es muy distinto,
lo que habitas te habita,
te habitúa, te permea,
perfuma
siempre tuve problemas para ver los ojos,
son transparentes,
siempre lo son,
siempre tuve líos con las figuras
y la valida amargura de mirar
(o tratar)
de mirar siempre con el pecho.
sé volar y sé caer,
aunque más sé de caer que de trepar,
en el pecho roca tosca
que cuando me agacho,
es imposible levantarme.
en éste intento de autorretrato, no sé,
no sé descirme
...
..
.
..
mis besos nunca han sido de cordial cordura,
son insomnes y posesivos,
son de café, tabaco, esquizofrenia
y el miedo a la perdida intrínseco
y seco,
en cada bocanada,
hace días una hormiga alada me acariciaba la espalda,
hoy un escarabajo intenta entrar
(busca)
a la luz de la casa,
cuando pude huir no lo hice,
cuando pude herir colgué los guantes,
cuando pude ser lo que quise,
decliné por algo que ahora es y soy
y casi soy lo que quiero,
hoy que no tengo miedo,
varios de mis yos son muy felices
tengo tres cajas de cigarro abiertas
un dolor de estómago hace días,
tengo dos manos secas,
el sabor a plomo entre los labios,
el olor de mi sudor característico,
tengo un ojo de viento,
tengo a salomé y al tiempo
pero nada de ello me complace
a veces tengo buena mano en la cocina,
otras tantas garrafalmete exhumo,
a los muertos de mi memoria.
no permito, no me permito hablar,
soy un ermitaño de ciudad,
pese a ser un buen actor
socialmente aceptable,
pero disfruto de mis noches soledad
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