no es lo mismo,
contemplar un rompecabezas
armado por otros,
a ensamblar uno mismo el suyo,
pieza a pieza,
con la posibilidad finita
de que falte una.
ese es el enigma,
si la obsesiva compulsión de ensamblarlo,
te dejará la satisfacción de enmarcarlo
y adornar la vida con ello.
el enigma final, con una guía,
pero ésto no es un juego de ajedrez,
cada pieza encaja distinta,
amanece distinta,
en éste terreno
ajeno a reinas y peones,
siempre es un territorio nuevo,
un campo desconocido,
una pieza contiene un recuerdo de aquél
la otra un presente,
ésta se ve maltratada,
quizá quede en la esquina
casi,
imperceptible.
hay piezas magnificas que contienen todo
la atención y tensión,
la disuasión es ausente,
si no se conjuga la actividad mutua de ensamblarse.
el enigma es:
si se puede o se permite mostrar todas las piezas,
la felicidad y tristeza ocultas,
las cultas y asimétricas figuras,
que nos forman.
contemplar un rompecabezas
armado por otros,
a ensamblar uno mismo el suyo,
pieza a pieza,
con la posibilidad finita
de que falte una.
ese es el enigma,
si la obsesiva compulsión de ensamblarlo,
te dejará la satisfacción de enmarcarlo
y adornar la vida con ello.
el enigma final, con una guía,
pero ésto no es un juego de ajedrez,
cada pieza encaja distinta,
amanece distinta,
en éste terreno
ajeno a reinas y peones,
siempre es un territorio nuevo,
un campo desconocido,
una pieza contiene un recuerdo de aquél
la otra un presente,
ésta se ve maltratada,
quizá quede en la esquina
casi,
imperceptible.
hay piezas magnificas que contienen todo
la atención y tensión,
la disuasión es ausente,
si no se conjuga la actividad mutua de ensamblarse.
el enigma es:
si se puede o se permite mostrar todas las piezas,
la felicidad y tristeza ocultas,
las cultas y asimétricas figuras,
que nos forman.
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