jueves, 20 de marzo de 2014

A soledad Rodríguez


te fuiste abuela,
espero con certeza,
te hayas ido, con el dios que adorabas
por que la incertidumbre que nos dejas,
no concibe a ningún dios.


nos dejas recuerdos
que por más bellos dolorosos
y en franqueza te conservo
cual lágrima de ámbar en escapulario.

te fuiste y te seguirás yendo
cada día un poco más
y hoy que no quiero olvidarte
que me rehúso violentamente a hacerlo
me siento un traidor a tu memoria por no ofrendarte vida
...
..
.


pero espero también me entiendas,
no es sencillo llevarte a todos lados, 
es dolor fraguado
sigo consternado a la desunión de mi familia,
la falta de crédito que le doy a tus hijos,
que  tú muda,
y te escupían otra fe para que "salvarte"
..
..
cuando ellos no pueden más que irrefutablemente 
 nadar en  sus contradicciones,
me dueles
y más que tu me duele lo poco que dejaste
y no podré culparte
bien o mal tomaste decisiones
con muchas patologías involuntarias nos formaste,
pero tu amor de abuela es trascendental


en tu lecho recordaste,
la que era mi comida favorita,
mi tía no creía que fuera algo tan simple,
y me recordaste,
por ese día, todas las noches que nos cuidaste
que te clavabas agujas en el cuero,
y me enseñaste así a no doler

no podría juzgarte,
no a ti
puedo juzgar a algunos de tus hijos,
tan cruel y despiadado como ellos contigo,
no sé que clase odio ellos cargaban,
pero lo sé de cierto
ese dolor no se va contigo.


me duele que te fuiste,
y sabes
(por que lo sabes)
que no tengo más familia que la que era tuya
y sé
porqué lo sé,
que en mi sitio la sangre poco llama,
como la llama del fuego que se apaga
cada noche abrazando tu recuerdo.

y viene tu recuerdo mecedora,
viene tu recuerdo bordando
viene cocinando,
viene llorando,
viene amando
y así ando
esperando para verte













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