lunes, 29 de mayo de 2023

ola

 


cuando te fuiste se me pasó de largo la poesía,
se me escapó el aire,
tanto,
que pensé que tenía asma en el alma,
y es que quizá perdió sentido,
retomar el pulso,
no perder impulso,
aunque me hice de mañas por las mañanas para sobrevivir,
caí en un remolino al mar,
pero no había una sirena que me hiciera nadar,
se fue tu boca,
llegó la llaga,
nos hicimos, nada.

hubo tiempo para decir gracias,
a la risa y las azoteas,
al mezcal y las playas,
a las lunas y charlas,
pero no pude por mucho tiempo ver el atardecer,
columpiar los pies,
solo sonreir.

y la calma se volvió tormenta

mentiría si dijese que tu existencia me enfurce,
no,
siempre sentí un espacio en tu figura,
sideral,
astral,
para respirar.

las estrellas me besaban los huesos,
me moví de casa,
y acá Orión está muy arriba,
como para ver sus flechas.

un cisne salvaje, dicen,
me costó dejar 
de pensar
que toda caricia el cuello era guadaña,
ignoré tu existencia,
me hice de algunas certezas y certeras costumbres,
puse el tabaco en la lumbre,
empecé a meditar,
a comulgar
el buscar unificar con mi cuerpo,
retomé la bicicleta,
cocino mejor.


y es que siempre hay un pero cuando no se asoman las letras para invocarte.


mentiría si dijera que no es tu cuerpo,
tu voz,
tu sonrisa,
de chispa,
ignea que me enciende el corazón.

te mentiría si te dijera que no es tu letra,
fina,
tu piel canela,
tus ojos de obsidiana,
tu llanto de ternura,
tus cólicos,
los momentos alcoholicos,
o simplemente la gana de tener el ímpetu
o el arrojo de hacerme al amor,
suave,
o cogerme en un mirador.


de mostrarme a dos niños papalotes,
o tu espalda curva entre una quebrada,
de modificar mi lenguaje,
en mi contacto,
en mi tacto,
o en el acto, indivisible de enseñarme a cuestionar,
y por todo eso digo gracias,
aún teniendo tiento de ponerte el corazón,
porqué tu existencia me inmola,
me lubrica las neuronas,
me insomnias las sonrisas,
me dan ganas,
de,
(aunque lo volví a aprender)
tratar de respirar.







 

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