La semana pasada tuve uno de los viajes más largos y complejos en mi vida.
ahora solo relataré parte de la primera noche.
EL viaje empezó el miércoles a las 4 de la mañana, de Xalapa a cdmx, vería a Adriano para después movernos a San Luis Potosí, el preámbulo era una reunión para planear un poco el panorama sobre el documental, no era del todo claro y sería un viaje exploratorio para entender las condiciones en que nos enfrentabamos, el personaje central me parece sumamente interesante, por sus puntadas públicas y aciertos que lo colocan desde la sabiduría popular y su reivindicación del barrio, en un lugar poco común si no bien, único. he tenido acercamientos horribles a los políticos con cargos públicos vigentes y candidatos, siempre habían sido déspotas conmigo, como fotógrafo estoy habituado a ese trato, en presencia de el público son sumamente diplomáticos, pero en el fondo su falta de cuidado al equipo de trabajo con quienes conviven, se deja ver fuera de los reflectores. en alguna campaña política en la que por cierto no me pagaron lo acordado, me tropecé y casi rompo mi cámara, el dichoso candidato de esa campaña me levantó sonriente, fue el único acercamiento amable, ese mismo día después de recorrer calles mientras se tomaba fotos, recuerdo afuera de una mansión, con sed, hambre y fatiga, mientras veía a lo lejos como él se reunía a hacer acuerdos y pactar con otros políticos, se veían charolas de comida que solo puedo imaginar como manjares exquisitos, iba a renunciar ese día, si no lo hice fue por no dejar a mi compñaero fotógrafo toda la carga. solo estaba con mis compañeros, observando desde afuera, ese día comí una torta, y sigo enojado por esos detalles, político en campaña te digo.
así que conocer a quien sería el personaje me enigmaba y me imponía, la idea era llegar a las diez de la noche y conocerlo, tenía muchas reservas y dudas de como me comportaría y de él, así que cuando quienes nos iban a recoger estaban ya en el estacionamiento, mi compañero abre la puerta y se deja ver desde el asiento del conductor diciendo, "Qué onda mijis" con una sonrisa y actitud que no esperaba, sin escoltas, solo él, subo mis cosas sin decir mucho mientras él charlaba con Adriano, a quien ya conocía, al subir muevo un muñeco de peluche y me dice " ahí mueve las cosas para que suban las maletas".
así fue mi primer acercamiento a Pedro Carrizales alias "El mijis" a quien la prensa ha encasillado con el término "expandillero" y si bien no se equivocan, hay mucho más que decir sobre él, quien ahora ocupa un curul en la diputación congreso del estado de San Luis Potosí, pensé que el plan sería llegar a hospedarnos inmediatamente.
al empezar el trayecto pasamos sobre algunos puentes, llegamos a uno de los barrios de una ciudad desconocida para mi, yo solo escuchaba la forma coloquial con la que hablaba, no había pretensión en su charla, mientras se observaba en la ventana el común denominador del país, baches, polvo, casas de interés social, nos dio el tour inicial que jamás hubiera pensado, no a la zona de los primeros cuadros de la ciudad donde podría presumir como se pensaría a una ciudad de la que se está orgulloso y se siente perteneciente, pero él habita la otra ciudad, que siempre es relegada, el barrio, la periferia. hicimos una primera escala, en una zona de departamentos amarillos de interés social en una cancha de basquetbol, bajamos del auto con él y busca, si bien estoy habituado a estar fuera de mi zona de confort, estar en una ciudad nueva a mis ojos, en un barrio a media noche, con un diputado y sin escoltas me hacía sentir francamente desprotegido. le pregunta a unos chicos que si no había nadie, le saludan con respeto, no con el servilismo a un diputado, con el respeto a alguien del barrio, no esperaba la actitud de ellos para con el Mijis. subimos de nuevo y a ratos bajaba el volumen del estéreo, para escuchar al aire, buscaba un sonidero, y nomás lo escucha entra a una calle, cerca de un solar, una calle cerrada, bajamos, llevo mi cámara sin la certeza de si grabaría o no, así, sin escoltas con una cámara, en un barrio entramos con el diputado mijis a una calle donde estaba el sonidero. empecé a grabar un poco y a tomar fotos, sin pensar en el peligro, evitando pensar en ello, en un momento con cámara en mano, un chico no mayor a 18 años se me acerca con semblante de reto, me recarga el hombro en mi hombro y dice "quien te mandó a tomar fotos" "vengo con el mijis" solo se me ocurre decir, lo ve y siento su cara de vergüenza, se esparce entre la gente. estuvimos poco tiempo, apenas y para hacer unas tomas y fotos, sin mucha idea y más por mi capricho de no dejar pasar ésta oportunidad, nos vamos adónde pernoctaríamos, así después de estar en esa casa charlano un rato, viendo sus cicatrices mientras nos contaba historias, nos acomoda en un cuarto en el que me acuesto bajo una cobija de princesas, en lo que él ha conformado un hogar.
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