viernes, 28 de febrero de 2020

saturniña



déjame darte un verso de electroschock,
la ausencia anuncia a tu figura como los rayos presagian tormentas,
y es difícil verte arder de memoria,
me ciega tanta luz,
me dices que ayer quemaste el atole,
y cómo no creerlo, 
vives ardiendo, 
tu piel calienta mis ojos cuando te miran,
calientas mi boca,
calientas mi pubis,
con un solo respirar haces que el ártico se transforme en incendio.

y mi corazón es un bosque,
de solo verte la fauna y flora que me habitan tuvo presagios del fuego
y ahí estaba, sobre tu piel de saturno,
yo que no recordaba el deseo más que lo que leí en los textos,
estaba sobre ti tormenta,
eléctrica,
con una sombrilla y traje de astronauta,
estupefacto,
impávido,
tu con solo enseñar los dientes dices mi nombre y exploto,
yo a veces solo sé reir en las tormentas.

venía de la cuna de lo que esconde el oscuro universo,
de restos y rastros,
de muerte y hartazgo,
pero en cada rincón que me busco hay un trozo tuyo,
y tu piel me rasga hasta salirse mi sangre.

 tu sonrisa me sostiene como un mantra,
y el abrazar en calma después de ser maremoto y tornado,
me levita,
delicadamente en el sueño.







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