miércoles, 30 de enero de 2019

sin documentos




Se despidió de la tierra,
porque le robaron su tierra,
 si bien es cierto que uno anhela un camino,
es para construirse un hogar,
donde llegar,
 a reposar ,
la travesía,
sin esperar que la vía,
del tren,
sea el sacrilegio a la vida.

en las casas,
cuando no llueve, gotean, 
y aún así se le puede 
robar un espacio al éste mundo
y crecer
y creer,
que todo puede  estar mejor,
y que si hay voluntad hay camino,
porque ya no reclamando a la vida,
le puedes aclararte a la vida,
emprender,
y volver. 

 la prueba primera es un buen abandono,
 la familia 
y los sitios comunes,
los  recuerdos y los espacios,
que te vieron nacer y crecer,
metes en una mochila pequeña,
 esperanza y abrazos,
de quienes conoces, con quien creciste,
metes lo que te forma y conforma,
los recuerdos y amores,
y la  poca seguridad que te ha dado el estar,
donde nacer para morir es costumbre.


y te escapas,
de la pandilla y el hambre,
de la calle asesina,
que es juez y parte
y te vas,
aunque algo de ti se queda,
algo siempre se queda,
aunque en una maleta tratas,
 de llevarte entera la vida.

en el camino te escupen,
dicen que necesitas documentos para cruzar el viento,
no como el ciento,
de aves que te iluminan.


Te  dicen extranjero,
 te señalan,
en el crucero,
en la calle,
aunque habrá una mano solidaria,
o una patrona en el camino,
una casa al costado,
en la que a veces dan agua,
aunque no sabes que eres un negocio redondo,
pero tu solo quieres estar,
bien.


 te marginan,
 o explotan,
por decidir cruzar los alambres,
 que unidos hacen fronteras,
porque cuando la máquina del progreso avanza,
pisoteando selvas, secando ríos,
devorando todo a su paso,
y te derriban la casa.


y tu vecino levanta
el vuelo,
y te hablan,
que le va bien y que avanza,
y tu que pretendes solo un pedazo de cielo,
el que mereces para habitar
te quieren expropiar la esperanza,
y decides agarra el camino,
aferrarte a tus pasos,
hasta romper los zapatos,
y seguir.


decides,
buscar eso que te dijeron que no mereces,
esa vida digna y ese bien vivir,
y sabes que viene la migra y los coyotes,
y que hay muchas violaciones,
que muchos se quedan a medio paso,
y a otros se los llevó la bestia entre las patas,
pero la montas, te amarras,
ante el sol, la lluvia y el hambre,
con el frío óxido de su lomo,
y te decides a no caer,.


porque siempre hay una digna esperanza,
de caminar aunque queriendo volver.

y te extorsiona el lanchero y el policía,
te piden peaje en cada vía
y con lo poco que cabe en la maleta escondido ,
hay una fotografía y un  amuleto,
un número de teléfono,
y es toda tu vida.

a algunos les expropiaron la tierra,
a otros la vida,
pero siempre habrán caminos arriba,
para no abandonarse.

así,
sigues en tren y por monte,
te amarras a la bestia en su lomo,
mientras las verdaderas bestias te matan,
de hambre y te ahorcan.

te cuestionas siempre,
entre la piel quemada y herida,
entre la posibilidad impasible,
de poder no volver.

porque tal vez nada que no valga la pena,
no vale la vida,
por uno, dos, tres que tu amas,
se puede seguir.














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