vengo de la noche,
y del viento,
de la falda de los cerros,
de mi madre vientre,
y de mi padre,
que ha sido mi maestro en su mejor ausencia.
de la infancia de mi hermano,
de un par de libros ilustrados,
sobre civilizaciones que murieron,
y de dioses olvidados,
de cuadernos incompletos,
del cuento de un niño caballero,
que le temía siempre a su sombra.
de los ojos tristes de un niño furibundo,
de las soñar con recuerdos,
de cosas que no habían sucedido,
del chocolate de mi abuela,
de jugar a los soldados,
de la burla del amor,
entre una tormenta y terremotos.
vengo del segundo vientre en soledad,
y el socorro intenso y pata coja,
vengo del árbol roto que es familia,
para ser el reflejo
del espejo.
vine fuerte,
con la sonrisa soberbia que aún me sale,
de una primaria emblemática,
de lo que fue un barrio marginado.
vengo,
de una ciudad,
poética,
romántica.
de recorrer las calles con los pies de lodo,
de montar siempre en bicicleta,
vengo de Morfeo y de Alba,
del jaguar del mar
y del arrollo.
vengo de ser el que le cantaba canciones a la luna,
que a veces caminaba sobre el borde tercer piso,
que mantenía sobre rieles equilibrio,
de imágenes,
de imágenes,
perfectas,
de los muertos.
vengo de 55 pastillas en mi vientre,
de una congestión alcohólica,
de un pazón de coca,
vengo de ser el rey de mala copa,
y de forjar como un mago bajo la manga,
del arte de desaparición,
de aplicarla ser fantasma,
de caminar todo el día,
de romper los tenis de la zuela,
de subirme a un tren,
de gritarle al dios vigente a cien metros sobre antena,
vengo de unas cuantas canciones,
de Silvio,
y de Makiza,
de jugar escondidillas con la muerte.
de los genes que contienen las historia en mis ancestros,
de los que nunca sabré sus nombres,
vengo de irapuato, de donde nació mi abuela,
de españa dicen que era el bisabuelo,
no conozco los nombres ni sus rostros,
de mi famila tengo pocas fotos.
de mi primera novia,
mi vecina,
mi vecina,
que murió,
aún me veo saltando hacia su barda,
mientras sonaba cumbia y reggaton de alguna fiesta.
vengo recordando lo que debo,
lo que puedo,
para sentir que tengo un sitio,
que no soy el nómada frustrado.
vengo recogiendo lo que soy
y de donde vengo,
de la cordillera del viento,
de la meseta del tiempo,
vengo de la niebla en las mañanas,
de la lluvia por las tardes,
de un cielo limpio por las noches,
vengo sin saber bien ya desde dónde,
porque los mapas que llevo en la nuca,
las memorias del cuerpo,
y las marcas que llevo en la piel,
de la muerte en la espalda,
que te mira fijo y me ha cuidado,
vengo tratando de decirme lo que soy,
para no dejar de ser mis mil historias,
de la intensidad del mar,
de la tormenta de arena,
vengo tratando de decirme lo que soy,
vengo tratando de decirme lo que soy,
porque estoy perdido,
porque pienso mucho.
porque soy palabra,
porque soy memoria,
¿porqué?
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