lunes, 23 de octubre de 2017

1.2






es un día más del infierno,
el silencio entre la mar de lo incierto,
me petrifican entre la voz de gitanos,
mi corazón es expulsado del viento,
y presiento que hablar solo, igual que de muchacho es acierto,
desperté bajo el amanecer abrazando a mis muertos,
me disparó en el pecho ese señor del hostal de mis sueños
y recorro la sabana como un recuerdo,
que me despierta el vértigo al caer de ese cielo,
y ya no tengo en mis manos tatuados momentos,
que ayudarán a sobrellevar la paradoja del tiempo,
con clonación revivieron recuerdos,


en la mañana durante el café,
un ataque armado dejó en el suelo un hombre muerto,
hallaron con un vestido rojo,
estrangulada a la inmaculada madre del ciento
de palomas de la paz que surcaban el cielo.
dos niños preguntarán a un dios,
sobre la injusticia del templo.


dos ejecutados,
degollados desde la sonrisa a lo etéreo,
 no cruzarán al barquero,
mientras en las noticias relatan que el clima no mejorará 
pronostican la tormenta en el desierto
y no quiero despegar para cruzar con el amor sobre el pecho,
cada piedra edificada bajo los pies, 
me encuentran en cuclillas con llanto desangrante interno.

dicen que se suicidó en la bañera cortándose el pecho,
y yo no les creo
que es normal éste infierno.


entre la luz de la farola voy corriendo,
me persigue gritando el bicéfalo estertor de dos lobos 
que cruzan con pudor lo que pasa poréste suelo
degollado,
su cuerpo frío y las caricias le hacían pensar que estaba muerto.

domingo, 22 de octubre de 2017

camino a casa





es difícil llamar hogar,
 al lugar en que no te tengo.


recorrí la ciudad del despertar,
todo el lugar es incierto,
estar lejos es la resaca de amor,
la cruda de afecto,
es la pelota sin aire,
es inanición,
 desasociego,
y en todo el mar te deseo.

eres la luna que me lleva a casa,
y solo pasa que la sabana para un león es desierto,
que éste lobo no tiene momento,
de descansar, 
lamerse heridas.
 acariciarse en el viento,
te recorrí con la ciudad, 
con la arena del tiempo
y tus dunas perfectas,
y tus ojos de tierra,
y tu piel morena,
es todo mi templo.

entre cocodrilos de chazarilla blanca,
chacales de traje,
gatos con corbata
y un palacio de asbesto,
te he percibido como la ausencia que  retorna y detesto.



un alienigena con rastas,
una señora con flores de palma,
y entre los gritos de aquellos niños solo veo un silencio.


y entre la calma solo veo girandote el pelo,
y mi ciudad es desierto,
con absoluta parsimonia entre los murales y credos,

y solo percibo que me percibo en la cama,
en posición fetal expulsado sideral,
un cosmonauta atrapado en el tiempo,
solo tengo silencio.

llegar a casa y ver la luz apagada,
encandilada la encrucijada 
de no querer entrar a recibir el silencio,
tristeando en el templo,
que tu ausencia domestica me domestica y me quiebro,
y no me gusta éste juego.
en que mis ojos se quieren hacer agua y desierto.

y solo pasa que en dos días regresas a casa
y entiendo del desorden que soy tuyo y sin ti,
de regreso a casa,
vi a narciso en un café hablando de amor y de apegos,
y solo pienso en el jaguar comiendo el pan de los muertos,
y una manzana en la azotea de un hogar,
que sin muebles se va a amoldar al despertar de su espejo.





martes, 10 de octubre de 2017

saberes



si la realidad fuera más cercana a lo que veo
y no a lo que siento,
no estaría atrapado en mi cuerpo,
en mi mundo,
con éstas reglas del tacto,
con la parsimonia de viento.

si la realidad,
volátil, 
expansiva,
fuera lo que siento.



seguiría teniendo más dudas que certezas,
quizá menos ímpetu que expresos,
no habría besos que calmaran ésta sed de paquidermo,
ni poema que sanara el alma.

si creyera que mi cuerpo es más que una extensión,
y fuera consciente del silencio,
si tuviera en el nacer de la creación de la palabra,
si no fuera un digno cobarde,
si la antiética no me ganara el respeto,
si hubiera menos vida que muerte,
si no fuera un esclavo,
peón de mi suerte,
quizá,
entendería




viernes, 6 de octubre de 2017

¿qué es un fotoperiodista?



¿qué es un fotoperiodista?
quisiera dejar la poesía del otro lado,
y no decir que son los ojos compañeros,
que guían a un ciego sin su lazarillo,
de no caer al abismo,
es el filtro presencial de la desgracia,
el que ve al muerto,
el que te lo lleva al papel,
el que se juega el cuero,
para que ese ciego no se caiga,
el que también habla,
de lo que es el sabor del amanecer.



¿quién es un fotoperiodista?
muchos no lo estudiaron por oficio,
se formaron detrás de otros en las calles,
en las conferencias,
con los tips que te dan los amigos,
con la búsqueda a contracorriente,
de lo que debe y no debe ser.

los que miran incrédulos,
 al político,
al editor,
al salario,
los que se alínean,
pero llevan las cartas a la mesa,
los que se alimentan de flaqueza,
para no recibir la bonanza,
de la corrupción del alma.

ese que vive en un cuarto muy pequeño,
donde no caben los sueños,
al que su salario se le fue en un libro de foto,
de salgado o de koudelka,
el que mira bien sensible,
lo que nadie debería ver
y valiente,
afila el ojo quita el llanto
y hace un click.




¿porqué nos matan?
para qué,
nos arrebatan éstas ganas,
de ver con las verdades que uno carga en los ojos,
que incomoda a muchos tipos,
que ocultan lo que está pasando en ésta pinche realidad.






 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...