miércoles, 18 de enero de 2017

Ella duerme




Ella,
mi Ella,
me espera en la cama.

yo aquí en la azotea,
pensando en Foucault,
en Efraín Huerta,
en la ciudad,
en cualquier ciudad,
en Nacho López.


viéndola
como una constelación,
admirado.

estoy afuera,
pensando en un mendigo,
en un break dancer,
en un semáforo,
en Benedetti,
en un hombre sin piernas,
en Milan Kundera,
en ese inteligente 
y poco lúcido hombre con gorro andino,
que me habla sobre diarios internacionales,
sobre la ébola.

pienso en girasoles,
solo el que cree en santos,
puede conocer los milagros de santos,
solo el navegante,
el astronauta,
conoce a su modo las estrellas.


debería estar contando sus lunares repartidos,
como constelaciones,
pero el "real maravilloso" me colma la mente.


me colma de rabia,
el agua destilada para curar el cáncer,
me colman los discursos,
los veo gritar apasionados en la calle,
incitando a la ignorancia,
veo todo distinto,
soy distinto,
mi Ella me hace distinto
y me dicen que ando madurando,
que tal vez me estoy tardando,
no quiero madurar aprisa,
no quiero envejecer sin risas,
no quiero colgar un trozo de un muro derribado en mi despacho,
quiero correr,
gritar,
agitar mi puño sin perder impulso,
buscar un trozo de mundo que sea justo
y luchar por ello.


pero,
debería estar construyendo caricias en la cama,
pero estoy construyendo castillos sobre nubes,
con Ella
mientras duerme y mi piel se enfría.

no entiendo bien qué me sucede
y por primera vez es importante,
pensar que es mejor acariciar la piel poesía,
que hacer poesía,
pero no,
estoy aquí postergando la poesía.

pienso en ella,
en ese cuadro hermoso,
y creo que ni mil pintores,
ni caravaggio,
ni van gogh,
ni girondo ni pessoa,
ni efraín,
ni el albañil,
ni el obrero,
podrían describirla dormida.

nada es nada,
comparado a verla con al luz tenue,
con un jarroncito de mezcal,
dos libretas,
ortega y gasset en su mano en un bar,
tan solitario en martes,
como el reflejo de aburrimiento de sus meseros

Ella,
mi Ella,
que sabe de historia
y que prefiere contarme cuentos,
entregarme el mundo,
Ella,
que es más poesía que cualquier poeta
...
..
.


y aquí,
  tenue,
pensando en la ciudad del cocodrilo,
pensando en los sicarios,
de ese imbécil secretario.
en la ciudad.

en el tiempo,
que me cae y no se siente doloroso,
como pensé eran sus látigos.

y
Ella,
me habla,
del tiempo,
de reconstruirme
y me cuestiona sutilmente
y me somete de forma tan delicada,
y si me mira soy poesía,
soy constelación,
soy astronauta y creo en santos,
creo en libros y abstracciones,
abducciones,
reencarnaciones.

y creo,
tenue,
con mi cigarro en mano,
con la compatibilidad de nuestros defectos,
creo
...
..
.






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