lunes, 17 de octubre de 2016

corazón de barro






alguien dijo:
(quizá un dios dijo)
dejad la brújula suspendida en el aire,                              
                     imantada.

pero,
con la poética,
 la no-ética,
de aprisionar con la prisa rutinaria,
y crear un corazón de barro,
porqué dicen los que saben,
         que dios
(o algún dios)             
que moldeó con barro al corazón del hombre,
pero eso lo dijo un hombre,
pero no sé,
yo no sé.


y yo,
sin género,
sin nombre,
sin consciencia,
esculpí,
a esa mujer de barro 
que hice 
 a imagen y semejanza,
de mis sueños,
y cuando la veo,
se va volviendo dentro de sus plumas,
algo terrenal,
algo más humana,
pero pese al paso de los días,
sigue volando,
sobre el ciento de aves,
con corazones de barro en estampida,
que se van aprisionando,
con la rutina de los días.

y sé que podrías no distinguir a mi mujer de barro,
moldeada por mis sueños,
acoplada a mis soledades,
mis oquedades,
sé que no podrías,
distinguir su aroma,
su sonrisa,
única,
intransferible.

yo sé,
que no podrías distinguirla 
entre el ciento de flores 
con la prisa de los días,
que te aprisionan,
pero yo puedo,
distinguir a mi mujer,
esculpida con el barro de los sueños,
que los oneironautas,
trajeron a dormir conmigo.

pero yo que la distingo,
que duerme en el tapanco,
que soporta mis manías,
mi olor a café y cigarro,
que la veo terrenal,
éterea y volátil,
te diré que,
vale la pena 
el
sinsentido,
de mi vida.



porqué dios dijo,
o algún dios lo dijo,
que se hiciera con barro el corazón,
pero yo no sé,
 quizá fue el viento.

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