le confieso que he sido un astuto cobarde,
que he vivido,
que tal vez nadie podrá negarlo,
pero he malvivido con un error,
fundamental,
el miedo a amar.
ahora
me he entregado a usted,
buscando la poesía del que espera la primavera,
no mentiré,
en mi vida amorosa he sido un fracaso,
o una sucesión de fracasos,
alguna vez me dijeron,
casi en burla,
que admiraban mi instinto
suicida,
con el que decidía enamorarme.
hay pocas cosas que realmente valoro
y me he enamorado también de astutas cobardes,
que en su miedo al amor,
al rencor,
a la agonía,
que en su miedo al amor,
suelen herir en defensa propia.
he aprendido a sanar
y soy menos frágil de lo que se piensa,
si he de reconocerte,
más allá de la inteligencia,
tu cuerpo de venus morena,
tu sonrisa
absoluta,
si he de reconocerte algo,
trascendental,
es esa sublime valentía,
para muchos,
suicida,
de amarme.
no me importa que nos vean como dos kamikazes al vuelo,
si he de explotar en el suelo,
decido,
que sea por ésta razón,
tan absoluta,
como el de hacerte reir,
porque tienes la única valentía,
trascendental,
indispensable,
amas.
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