martes, 3 de noviembre de 2015

Nadia Vera




quisiera escribirte en calma,
no desde el estertor del alma,
desde el amor y la risa,
con la brisa cálida de verte entera.

quisiera escribirte riendo
y que me devolvieras esa risa,
cuando me enteré la posibilidad de tu asesinato,
te lo juro a tu memoria que ya no pude sentirlo,
la muerte de ruben me tiró al piso,
"ésto no puede estar pasando"
es como un mantra,
como si el repetirlo mil veces lo volviera cierto.

pero no,
te asesinaron,
apenas hoy me llegaron los recuerdos,
que recogí tus pasos para verte,
hicimos un mural de tu rostro a un costado de la  casa,
apenas hoy me cae el veinte,
que ya no estarás aquí pa' verté.


me enteré antes del asesinato de ruben,
y me repetí mil veces que ésto no está pasando,
como un mantra,
a ratos siento que te voy a encontrar.

estabas en un féretro cerrado,
no pude verte.

ese día fuimos por eco,
el muy cabrón se orinó en el carro,
yo todo emputado quise bajarte,
te cagaste de risa y me bromeaste,
algo de un bautizo y ya ser tu compadre,
te vi llorar tantas veces,
bebías cervezas en nombre del amor,
yo como siempre caminaba sin un clavo,
me invitabas a comer,
perdonabas que me acabara tu comida,
me cuidabas,
siempre tenías café para invitarme,
no quiero llorarte Nadia yo no puedo,
te quiero,
con éste llanto que me ahoga,
me disculpo por no poder sentirte,
por borrarte tanto tiempo a la memoria.

te vi,
ibas por un par de cajas pa mudarte,
quedé en apoyarte en la mudanza,
sabías que te quería,
que no iría,
si algo hay peor que haber conocido a la muerte,
es tener que abrazar las despedidas.

odiabas mis fotos,
me hacías borrarlas,
hoy que quisiera tenerte cerca al alma,
por favor nadia no te vayas,
no quiero dejar que se me arrebate tu memoria,

me puteaste por ser indeciso,
me decías que viera a Balam
y que aguantara,
en ese tiempo tan complejo y tan sencillo,
estuviste ahí,
me cobijaste,
compartíamos cigarros y la vida,
no te vayas en ésta tenue despedida,
que aún no he terminado de llorarte.







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