domingo, 28 de junio de 2015

horizontes


Su cráneo era una lata de ceniza,
escupía verdades absolutas y se carcajeaba del mundo,
solo yo entendí su dolor.

Le vendieron cara la idea de un nuevo mundo,
pero siempre quedan cabos sueltos en la tierra del marino,
le prometieron la tierra, fama, la riqueza,
perdió,
todo.

 Pues el ego de un hombre es  mayor que su talento,
ahí es cuando todo se arruina,
muertos deambulando sin saber que mueren,
vivos deshaciéndose a morir.
El no sabe del silencio,
en el principio era el caos,
en el continumm no hubo paz.

si eres hábil no le harás caso a los marinos,
pero entenderás aun juzgando.
Su cráneo era una lata de ceniza,
no supo apagar el fuego a tiempo.

será que los amigo se vuelven náufragos,
pocos permanecen en la isla,
sálvese quien pueda, gritaron altamar,
lo que no sabían es que si viajas al éste llegarás oeste,
que llegas al sur partiendo del norte,
que llegas al norte partiendo del sur.

Se aprende gana y pierde,
pero solo él supo decirlo,
de forma,
tan
exquisita.

“estás tan empecinado viendo el horizonte,
que no miras lo que estas a punto de pisar”

Él era una lata de ceniza,
porque supo como pocos,
inmolar la vida.

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