domingo, 15 de marzo de 2015

Preámbulo a una partida de ajedrez


Poco a poco,
me he hecho a la idea,
que la vida es una gran partida de ajedrez.

y conforme pasa el tiempo,
uno se va haciendo más docto en éste juego,
aunque hay menos pasión al ganar,
más la hay de aprender,
aún tengo un par de movimientos,
un par de piezas por perder
y compañeros por tener.

Es irónico,
que se pierden piezas,
para ganar, es solo un juego,
pero,
¿no es por lo que juegas por lo que vives?
se planean algunos movimientos,
pero al final depende de como mueva el otro,
es como un baile,
una magnifica danza,
jugar, acompasar, acompañar,
seguir y jugar al ritmo del oponente.
Hay partidas en las que se decide la derrota desde antes,
aprender de como tira tu compañero,
si es otro que será digno de mil partidas,
a veces perder es un sacrificio anticipado,
un ejercicio,
un posgrado, en perder.


Poco a poco me he hecho a la idea,
de que tampoco se ganan todas las partidas,
que la autoconfianza lleva a breves fracasos,
pero siempre habrá un nuevo juego,
un nuevo oponente, un tablero diferente.
No podría confiar en alguien que no me ha ganado,
en alguien que no reconozco como más inteligente,
en éste tablero que es la vida,
sé que puedo confiar dignamente,
en alguien que me vence,
desde la burla de una partida honesta,
hasta la derrota por más sencilla humillante.

Uno se vuelve de pensamiento más complejo,
a la vez que se transforma en alguien más pragmático y simple,
y el elefante me dijo,
gane o pierda he ganado,
y hay un ángel negro al que no le he podido ganar,
eso lo hace digno de confianza.



Poco a poco,
me he hecho a la idea,
que la vida es una gran partida de ajedrez.

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