El café garantizará que vuelvas,
La columna de niebla,
La lluvia sobre tu cuerpo desnudo,
La risa sobre el silencioso tumulto,
De verte en la ventana del tiempo.
El café me da la certeza,
De disfrutarte de nuevo,
De con el tacto de fuego,
abrasarte,
Con las brasas de fuego,
Con la marea de sudor sobre la cama.
Respiro la humedad del cuarto,
Sulfuro la amabilidad del pacto,
Hoy que es un día de tenues soledades,
El café me da la certeza.
Respirar humo, exhalar viento,
Sencillo, contento,
Espero sentado en la mesa,
Con la ligera certeza que me da éste expreso,
Y me expreso en silencio sobre la silla.
Me he quitado la playera en mi cuarto,
He escupido el humo al espejo,
He visto risas y cantos
Y cuantos sonidos que se fragmentan de noche,
El café garantizará que vuelvas,
El sabor café de mi boca,
La lluvia de mi sudor que te arropa,
El fuego en el vientre y la copa,
De vino, que escurrió hacia tu vientre
Y en el sonido de telas desgarrando la noche.
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