martes, 14 de enero de 2014

estigmas

Esa luna era buena
                     dominando
a través de las culpas,
él no tenía templos para rezar,
él se quitó las cadenas y no supo nadar,
es fue la historia de esas lunas,
que pasaban y posaban,
pesaban, sobre las conciencias inquietas,
sobre las presencias discretas,
que se asomaban en el cuarto.

él decidió
 a dejar sus látigos,
sus cánticos de luto,
y no supo caminar,
supo correr tan rápido como el viento,
se liberó lento y violento,
de sus estigmas.

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