viernes, 1 de noviembre de 2013

libertad naranja



puedo decirlo sin pausas,
ahora que el dolor de cabeza me agota,
y sobre la ropa limpia hay un mar de respuestas,
puedo decirlo intacto, sin tacto, sin pactos,
así que lo diré sin preámbulo ni sonrisa,
sin ángulo discreto, sin odio:

Te quiero.

y seré más específico,
te quiero así,
distante,
 como a una vieja amante que fue luna,
luz y sombra,
lo fue todo y casi nada,
lo,
          fue.


te quiero,
           tan lejos
como el mismo coraje al verte,
          que me provoca verte,
que me asfixia,
      agota mi suerte saberme atado,
 al sexo de flor que fuimos,
    germinar  de una amapola de mortífera a morfina,
tan hermoso tocarte y tan destructivo,
te quiero como la cocaína en mi sangre,
como saberte resaca,
como saberte culpa,
como saberte inmaculada y puta,
pura sacrosanta, casta.

 sin nostalgia, sin hubiera,
sin métrica ni asfixia,
así, te quiero por no quererte,
por transferencia.

te quiero lastre y ancla,
justificas mi anhelo de irme,
de quedarme.

así:

con tu coraje imbécil,
con tu amor de odio,
con todo tu resentimiento,
          el  justificado,
y por sobre todo el injustificado,
así,
 hoy que soy abstemio,
te quiero, te anhelo, te busco.
pero igual que los chochos,
las pastas, los quesos,
la jeringa y la roca,
te quiero idea de placer brutal
que me destruye,
 en otros rostros donde te busco,
y me alivia verte besando otros labios,
para saber que no pertenecemos al mismo cielo,
ni al mismo submundo,
que mi duelo te escupe como tu a mi.

dolorosamente me admito que te quiero,
y ésta catarsis es para sacarte,
cada día un poco
y así un poco más.

te contaré mi plan:
te escribo,
pero no te escribo,
no te escribo huyendo sin camisa,
no te escribo desde el dolor que provocas,
no desde el ego.

te escribo siempre para sacarte,
te escribo ocio recurrente,
te escribo catarsis,
sin querer hacerlo,
por necesidad y sin gusto,

no te escribo cuando me prohibiste ver a mi hijo,
ni cuando lograste que mi familia fuera mi espada
y la tuya mi pared

tampoco en tu rostro que tiene temple al mentir,
 te escribo hoy, que quiero a alguien
y ya me cansé de quererte y de odiarte,
sencillamente me cansé.

                                                      última nota en tinta
                                       de la libreta naranja, sepultada.
                                                                             eneros














No hay comentarios:

Publicar un comentario

 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...