y me niego a llorarte,
a dejar de verte,
me
niego.
en cada rincón habita un olvido tuyo
que va acompañado
de estos ojos de sedimento,
somos solo un fragmento,
del abismal infinito.
de solo verte,
mi corazón,
si,
por fin,
me atrevo a decirlo:
-MI CORAZÓN-
se disponía a romper los cristales
y bueno esa ave en jaula de oro,
se escapo
te hallo,
y
no
hay
más.
saberte,
real,
así pues,
mi ciudad que es una isla
que te acogió sin conocerte.
Y diré en un aeropuerto:
nos conocimos hace años,
nuestros labios sin tocarse,
se sabían de memoria,
no se acopla así cualquier historia,
y somos dos
y no importa si solo uno,
completos complementarios,
somos aves de santuario,
y por ésta noche,
contaré tus lunares de memoria.
no quiero lavar los trastes,
exorcizar mi pequeño reino,
para tratar de olvidarte.
ésta vez no,
tengo todo mi pecho lleno de suspiros,
de tu constelación de Orión
en el antebrazo
y ésta vez no,
no quiero que te escapes,
borrarte de mi historia,
me duele la distancia
corazón mío,
será solo un tiempo,
eso me repito,
para conquistar el infinito,
justo por que no hay más.
sería absurdo decir ven,
y nunca te vayas,
así que lo diré:
ven y nunca te vayas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario