decidí dejar la cruz de mi estigma,
pequeño adicto revolcado
en la inmensidad,
en la miseria.
decidí nadar en paradigmas,
y la sensación privilegiada en la locura,
no tengo cura, tampoco besos,
no rezo a locos,
y los pesos
muertos en mis hombros
hoy son polvo
que se cuela,
en el costal ligero de recuerdos.
decidí cambiar el vino por el agua,
y la sensación cemento de pasado fragua,
y no más sobre mi,
hoy,
que hay menos sueños
y más plasmadas realidades,
no tengo cocaína en las narices,
y solo el humo de tabaco me consuela.
tengo más sonrisas,
y éste año planeo,
no como un buitre,
irme en cero de peleas callejeras.
por compañero tengo fauna,
de la que destaca mi compañero golondrina,
no queda más que decir gracias,
a esta diferente vida indiferente.
anhelaría tener menos frases decadentes
pero pues se versa entre los doctos
una virtud y un vicio te acompañan,
siniestro verbo de metralla,
que ha sido mi más extenso terapeuta.
pequeño adicto revolcado
en la inmensidad,
en la miseria.
decidí nadar en paradigmas,
y la sensación privilegiada en la locura,
no tengo cura, tampoco besos,
no rezo a locos,
y los pesos
muertos en mis hombros
hoy son polvo
que se cuela,
en el costal ligero de recuerdos.
decidí cambiar el vino por el agua,
y la sensación cemento de pasado fragua,
y no más sobre mi,
hoy,
que hay menos sueños
y más plasmadas realidades,
no tengo cocaína en las narices,
y solo el humo de tabaco me consuela.
tengo más sonrisas,
y éste año planeo,
no como un buitre,
irme en cero de peleas callejeras.
por compañero tengo fauna,
de la que destaca mi compañero golondrina,
no queda más que decir gracias,
a esta diferente vida indiferente.
anhelaría tener menos frases decadentes
pero pues se versa entre los doctos
una virtud y un vicio te acompañan,
siniestro verbo de metralla,
que ha sido mi más extenso terapeuta.
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