domingo, 9 de septiembre de 2012

Einaudi por las mañanas.






hay domingos como hoy,
que me lleno de dudas,
dudo al primer momento
si quitarme las cobijas,
si seguir respirando es una suerte,
o la pequeña muerte,
 sin dirección.

me lleno
           de dudas,
de poner los pies al piso,
de aterrizar un poco
 o seguir soñando,
caminando,
bajo la torpe helada de mis pies desnudos.

y con las venas adheridas a los huesos,
en los mismos lugares comunes
putrefactos,
inmunes,
recaigo
en perder la templanza
no tocar alabanzas que caigan  en mi cuerpo.


hay domingos,
que fumar el primer cigarro,
con la misma triste paranoia
se va en cualquier historia
de común pasado,
  de contradicción.

pero tan pronto llega el primer café,
el segundo cigarro,
las primeras palabras de un libro,
las sonrisas matutinas
ver niños en su bicicleta,
beber agua,
y su fotografía discreta
que se asoma en el ordenador,


tan pronto llega se esfuman
destemplanzas,
siguen vigentes añoranzas,
suspiros,
no hace falta decir
                      pausas,
para saber que todo vale,
más la vida lo que un sol.

así pues
me dedico a bordar sueños
a preguntarme
desenredarme,
seguir soñando
y así pues con un pie en el suelo,
el  otro sobre nubes,
por que aun hay bellos querubes
que nunca me distancian de mis sueños.


tengo pocos dueños,
de mi alma y entreceja,
el silencio  es la compleja
pausa que le da sentido al movimiento.














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