jueves, 12 de abril de 2012

Nada

tengo la corona de tu muerte
          grabada,
entre domingos de cigarro,
la suavidad forzosa,
de no quererte
 mi dolor
ya no quererte.

tengo grávida indiferencia
y a un sepulturero
echando cal a los recuerdos,
el mundo cambia
lentamente me sofoco,
para ver la vida 
pasar de largo,
escupir letargo
escribir un poco.

en el cementerio de recuerdos,
se asoman mascaras, 
arboles 
que ocultan cuervos
mientras miras el cielo desde abajo.

en el,
sobran nombres
    rostros
cuerpos,
voces.

este poema no te quiere hacer llorar,
    tampoco reír,
menos soñar,
no pretendo,
                    nada.


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