pintaré tu duelo,
sin saber adónde,
pero no me olvides.
si nadas a la espalda del cielo,
déjame bordarte en sueños,
pero no me olvides,
mantenme ahí,
con vida,
sin lastimar recuerdos,
sin terminar acuerdos,
con un último desayuno,
tu último cometa,
aunque me dejes.
una palabra final,
sol a medio cielo
caballos de mar volando al viento,
nubes estrechas,
lluvia,
manos,
estrellas,
culpas.
dame un buen recuerdo
porque conozco tu duelo,
corazón de cielo,
infancia atroz.
estaré aquí,
otra década,
otro tiempo,
dejame también,
no olvidarte
las retinas retienen el tiempo,
nos quedamos solos estando juntos.
y te seguiré usando,
no como bastón,
ni amuleto,
como recuerdo,
parametro,
adviento,
y yo,
seguiré en los espejos.
en la casa,
con la luz del atardecer frustrado,
donde ya no se hallan los sueños,
se hará qubradizo nuestro emblema,
acetato
entre la primevaera,
que dejan un sabor bello,
de noches en vela,
y velas de un barco,
que no zarpa que no zarpa,
que se hundió...
en un último encanto
las abejas,
abandonaron
(lentamente)
la miel.
un grito ahogado,
una vena en la frente,
para que me olvides así.
permite tejer tu llanto,
con la sensación sobre las nubes,
de dejarte caer.
no basta vivir de primaveras,
cuando el invierno nos atrapa.
estrechar las manos
alrededor del sueño
que se negó a venir
explota violentamente,
con pausas,
ódiame
por huir a tiempo
escúpeme, pero...
si solo hay un pero,
deja mi recuerdo intacto,
sin tacto,
sin pactos.
sin saber adónde,
pero no me olvides.
si nadas a la espalda del cielo,
déjame bordarte en sueños,
pero no me olvides,
mantenme ahí,
con vida,
sin lastimar recuerdos,
sin terminar acuerdos,
con un último desayuno,
tu último cometa,
aunque me dejes.
una palabra final,
sol a medio cielo
caballos de mar volando al viento,
nubes estrechas,
lluvia,
manos,
estrellas,
culpas.
dame un buen recuerdo
porque conozco tu duelo,
corazón de cielo,
infancia atroz.
estaré aquí,
otra década,
otro tiempo,
dejame también,
no olvidarte
las retinas retienen el tiempo,
nos quedamos solos estando juntos.
y te seguiré usando,
no como bastón,
ni amuleto,
como recuerdo,
parametro,
adviento,
y yo,
seguiré en los espejos.
en la casa,
con la luz del atardecer frustrado,
donde ya no se hallan los sueños,
se hará qubradizo nuestro emblema,
acetato
entre la primevaera,
que dejan un sabor bello,
de noches en vela,
y velas de un barco,
que no zarpa que no zarpa,
que se hundió...
en un último encanto
las abejas,
abandonaron
(lentamente)
la miel.
un grito ahogado,
una vena en la frente,
para que me olvides así.
permite tejer tu llanto,
con la sensación sobre las nubes,
de dejarte caer.
no basta vivir de primaveras,
cuando el invierno nos atrapa.
estrechar las manos
alrededor del sueño
que se negó a venir
explota violentamente,
con pausas,
ódiame
por huir a tiempo
escúpeme, pero...
si solo hay un pero,
deja mi recuerdo intacto,
sin tacto,
sin pactos.
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