y el críptico sonar de los tambores incrustado en la piel,
un par de puños pendulares,
ruedas en vez de alas...
barbilla arriba,
ojos perdidos al abismo,
el llanto cegado a mis espaldas,
un lomo cansado,
de cargar el pretérito presente,
suspiros con voluta de humo,
y sol oel dormitar de mi cachorro me sostiene.
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