lunes, 12 de octubre de 2015

anochecer



he visto a la gente morir de miedo,
he visto,
 a la vida dar la espalda,
he visto,
a personas que olvidaron como hablar,
que se olvidaron de amar.

he visto,
yo que muero de miedo,
de rabia,
que contengo la labia,
que no muero de amor,
que vivo.

he visto.


porque cada muerto tiene nombre,
porque cada maldito asesino lo tiene.

he derramado el llanto,
con el canto de mi silencio,
porque siempre fuiste distinto,
estoico,
integro.


he visto a la gente morir de miedo
y tu no debes morir,
no puedes morir,
no quiero que mueras,
no te vayas,
!carajo no te vayas¡
no quiero ese cantar de las palas en tu rostro,
no debías morir,
no quiero flores, no  sobre ti,
no          
        quiero.


te fuiste,
te fuiste,
te vas.


carajo que no merecías la muerte,
esa muerte,
tu muerte
y !carajo que si mereces vida¡
que eres digno
y mereces dignidad,
que eres fuerte,
congruente,
maestro,
disidente,
pero no,
no estás.


siento culpa en estar vivo,
yo que tengo mañana un renacer
y una noche con estrellas,
yo,
.que puedo despegar de las cobijas,
yo,
que digo que por hoy me sigo vivo,
como disfrutar la vida,
yo que aquí sigo,
seguiré,
otro ratito prestado,
con éste cuerpo dolido,
yo,
¿cómo sigo?



...
..
.



Te ofrendo mis lágrimas,
 por éste café que bebo en tu nombre,
 en el barrio teníamos por costumbre,
 antes de beber derramábamos un sorbo a la tierra,
todos callaban,
 el elegido para descorchar esa botella,
 ofrendando,
 decía "pa los de abajo"

 y la vida seguía...
allá nos vemos, ahora te toca a ti esperarme un rato,
solo por hoy me queda un renacer.










vida cotidiana







domingo, 11 de octubre de 2015

inclusive



 viajar al sur te lleva al norte,
el planeta es una esfera,
donde los extremos se tocan.

incluso el llanto y la risa se parecen,
incluso el final un principio.

tengo el llanto contenido,
el insomnio es el sonar de las palas,
como un eco.

las gotas de mar caen sobre la playa,
cada recuerdo.

el silencio absoluto,
el ruido blanco,
la locura,
la cordura.


el sórdido estertor de la muerte,
el llanto de un recién nacido.

incluso tu,
incluso tú.

decidí dejar los labios intactos,
de carmín intacto,
s-intacto

incluso en lo perdido se encuentra el camino,
en la desnudes atavío,
la pasividad,
la violencia.


la libertad te ata,
las heridas te sanan,
el amor se vuelve la medida del odio,
el perdón.









jaguar y viento



no he podido derramar las letras como lágrimas,
cada gota va inclinándome,
me incendia.

me he detenido a ver el dolor a los ojos,
a aprender de él,
me he detenido a ver a ruben,
 él me abraza, me dice,
se filtra la luz de la tarde y él ríe,
después de suspender en el tiempo nuestros rostros,
me hace inmortal,
a mi,
a mi hijo.

quisiera regresar a esa risa,
a esa tarde,
abrazarte más,
tal vez quererte menos,
para que ésta noche de luto no doliera tanto,
me pesara menos.

te fuiste,
te nos robaron,
tu existencia que fue,
que es,
será,
la brisa de esa tarde,
la risa reciproca en el tiempo.

Jaguar y viento.

Fotografía de Ruben espinosa.


miércoles, 7 de octubre de 2015

desde el alma



 no quiero amores sombríos,
tampoco pretendo certezas,
no sé amar en calma,
y tengo la intensidad del mar,
las ráfagas de viento,
la cura a la vida ha sido una locura intensa,
­soy un ser complicado
y no pretendo disculparme.

te quiero,
te quiero presente,
sé que el tiempo es efímero,
no te pintaré una relación eterna,
no tengo futuro,
nunca lo he tenido,
a duras penas tengo éste día,
éste día me pertenece
y a veces siento que ya vivo en tiempos extra,
esto es todo lo que tengo,
también es todo lo que ofrezco.

Sé que sabes bien volar
y no soy de los que le tiran piedras a las aves,
sé que tu futuro no está aquí,
que vas que te comes delicioso al mundo,
que te entiendo y me da gusto,
que no pierdes el ímpetu.

ese día que me preguntas que porqué me gustas,
que porqué te quiero,
es sencillo y es curioso,
porque veo en ti un hilo en éste día que es mi esperanza,
por éste día necesito poco
y poco más.

Me besaste,
vaya que te abracé,
me quedé al amanecer,
te vi partir y me sentí solo,
no en esa habitual soledad que amo tanto,
una sórdida sensación de ausencia entre mi vientre,
en el esternón que retumbó más lento,
ese día ya no más salió ese sol.

Te diré que mi temor es muy astuto,
se me esconde y apenas puedo comprenderlo,
que tengo miedo a aferrarme,
a llorar con la intensidad del mar,
a que las cosas no resulten,
a azotarme,
pero sé que de ésta vida no me voy,
sin haberlo intentado.

Hace tiempo no le escribo al amor,
y andaba muy de luto,
con los fracasos a cuestas,
de errores que no me corresponden,
también por los que me tocan.


pero también estoy en paz,
me siento muy contento,
soy más cauteloso y con más tiento,
para irme de bruces,
hay que saber bien lo que uno asume.

Hace tiempo que no escribo desde el amor naciente,
solo he escrito con la cabeza plana
con mi pelo hirsuto,
que se enreda en mis ideas,
pero hoy quiero escribirte un poema
y no sé bien como empezar.
No necesito tocarte,
se me acelera el pulso,
y pierdo el impulso,
para pensarte en serenidad ligera,
para no regarla,
quiero quererte lento.
Hoy no me dejas dormir
y la verdad que quería besarte,
quiero besarte,
abrasarte,
con brasas de fuego lento.


te diré
estoy bien habituado a ésta digna soledad,
a roncar como cerdo cada noche,
a no bañarme los domingos,
a no amar con la intensidad del mar.

Ando que te busco,
y mi cuerpo está cansado,
de traer un candado colgado en el esternón.


Ando que me acerco y se me acelera el pecho,
que retumba de tambor,
que te escribo,
y quisiera describirte,
pero solo sé que te quiero un poco,
un poco más.

lunes, 5 de octubre de 2015

Esa, la del alma



que he vivido y he corrido,
como desesperado al precipicio,
que he volado, que he querido,
que he amado y me han amado,
que destruí, construí,
me deshice,
me reinventé un mundo,
me hice nudos;
en la garganta y en la ropa,
phe enmendado la palabra,
porque leí,
que la palabra es la vestimenta del alma.


creo en que se puede alcanzar el horizonte,
en la fraternidad,
pero por sobre todo creo,
que un ciego
si puede guiar a otro ciego.

supe que para volar había que aprender a caer,
más de una
 vez más de cien,
más de eso me he levantado,
sé que el tiempo no perdona,
que me ha hecho frágil,
con un cuerpo vulnerable,
pero sigo creyendo,
que la respetable,
falta de experiencia,
es el mejor escudo.



aún creo en el arrojo,
en el ímpetu,
en el viento.

aún creo en el arropo,
la fraternidad,
el tiempo.

creo y sé,
que andar erguido no siempre es andar recto,
y lo correcto,
es la desnudez del alma.



 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...