domingo, 19 de julio de 2015

déjame

Abrázame el alma a palabras,
impregna tu ausencia en mi silencio,
abre las persianas del viento,
vísteme.

Déjame tejer madejas de colores con nuestros ojos,
desnuda y desanuda los tiempos,
que las arrugas hagan lo suyo.


Prepara el ritual del amanecer
como preparas la cena
buscar con los dedos azúcar,
cómo busco el aura en las  letras.

déjame,
verte perfecta,
entre líneas,
de sabernos un cruel desperfecto. 

viernes, 17 de julio de 2015

hace días



hace unos días me mandaste a la chingada
y estoy que no estoy,
ando que me canso,
que corro y busco pleito,
que camino por donde caminas pa’ encontrarte,
ando mal,
hace tres días que no lavo los platos,
mi cuarto es otra vez un cenicero.

ando que me aferro a andar solito,
que me descuelgo de mis muy pocos amigos,
que huyo a las reuniones,
que no hablo
y que busco tu cuerpo en otro cuerpo.

hace días que me mandaste a la chingada,
no sé bien a qué le juego,
si tu tienes a tu novio y yo mi vida hecha un desmadre,
que tengo mocos en los ojos,
lágrimas en la nariz.

Me enteré por terceros que andas con otro,
peor aún que es el mismo,
 el mismo de siempre.

y que no lo dijiste con la boca,
siempre con los ojos,
me pedías perdón yo no entendía ni madres,
ando que chingo al prójimo,
que pedaleo volándome los altos,
que camino por las noches buscando que me chinguen.

Me vendiste la idea que eras la tierra prometida,
pero tu tenías a tu bato,
yo estaba harto del desmadre,
de pasar de cama en rama,
de escaparme siempre al alba.



Ando que me niego los abrazos,
ando que escupí al idiota que casi me atropella,
no sé cual era mi cara que se fue de bala,
el muy puto.


ando que me canso,
de haber roto otra nariz,
haber perdido otra playera.

ando mal,
con ganas de tirar la toalla,
de no tener la intensidad del mar,
de dejar de ser ráfaga de viento.



algún punto del fatídico 2014

martes, 14 de julio de 2015

everything but my heart is automatic







ese mismo



Yo soy ese que se te queda viendo con la cara de babotas,
que dice soberanas idioteces,
el que si tuviera músculos los alzaría,
el adulto tonto que te quiere impresionar.

soy ese que se alegra de hace días,
de saberte en armonía,
el que te acosa en silencio,
el que se contradice porque quiere verte,
pero igual que de chamaco se sonroja
y corre pa’ esconderse.
Ese mismo que te vio pasar en bici,
con tu short de mezclilla y tus tatuajes,
que se le erizó la piel desde la espalda,
el que quiere parecerte interesante,
lo suficiente,
para que no me veas todo aburrido,
ese que ahoga las mariposas de la panza,
con café
y que fantasea,
tan primaveralmente chamaco que da pena.
Ese que quisiera verte acurrucada,
acariciarte una orejita hasta que duermas,
pues ya ves,
que con nada que me vuelo.

El que quiere ser,
 el buen tipo diferente a tus exnovios,
hacerte el amor a primera risa,
y que me enseñes los dientes.



Soy el mismo que no sabe terminar los versos que empieza,
que quisiera abrazarte para ver tus piernas,
que termines de contarme de tu vida,
de ese no sé que 
qué tú te cargas,
de eso que solo sé que tienes en los ojos,
y que en realidad es eso que me encanta,
lo mismo que no puedo describirte con palabras,
al que quiere verte y que se escapa,
el gato que se lleva las croquetas abajo del sillón.

despierta forastero


La torre se desangraba en flores,
en la bóveda navegaba,
una pequeña barcaza anclada a las estrellas,
ese niño veía mi rostro,
mis harapos desnudos,
mi silencio de loto,
en ésta barcasa sin quilla,
en éste silencio de sombras,
que se impulsa con el sol.
Podías ver sus ojos de diamante,
cuando salían del mar,
subían quedito a las montañas,
lloraban nubes,
la fábrica de nubes no era de sus ojos,
venía del amor de su entrepierna
y con cada sueño brotaba,
todo del silencio.

Ese caballo tenía engranajes de reloj,
ramajes de metal en cada ala,
lo cabalgaba el hombre de mercurio,
y su perro de manos de hombre,
vi cómo tenía en el corazón un cigoto,
que crecía.

Era un astronauta,
tenía infusiones de té verde directo hacia las venas,
sudaba oro,
y su palabra no pesaba,
no sabía acomodarse la corbata cuando iba hacía el abismo
y cayó,
lento.


Era una mano metálica,
tenía una manzana en una mano,
la vida,
su rostro de perla sin ojos,
en su pecho,
un reloj de arena,
contenía toda la sal del mar,
toda la arena de desierto,
en ella,
caminé descalzo,
ese día me llevaron a la cárcel,
por cruzar a los camellos en silencio,
ahí,
tras el cerrojo,
dibujé un mapa,
del mundo de los sueños previos,
de todos los que vendrían,
algo se movió bajo esa cobija,
                                                                    sucia,
tenía un rostro con hilos de plástico jalando de su mano,
después de deshojarlos de su carne,
adherida,
vi mi rostro,
que era de otro y el mismo que yo uso,
despierta forastero.

miércoles, 8 de julio de 2015

historias cortas

Un  día pretendí  ser algo mejor,  no sé qué pasó.
Los tenis unos adidas negros de tela,  los miras y sé que podrías hacer un yoyo con los hilos de vómito que cuelgan de tu boca,  giras el rostro, alguien te habla en éste carrusel de rostros no podrías distinguir quien es, es una chica, no la conozco, es un rostro angelical, de no ser por su rostro de repulsión sería perfecta.
Un día pensé que podría ser algo mejor, fueron esos estúpidos dieces en matemáticas.

Hay algo inestable en el piso, el horizonte se tambalea como un mar siniestro, la noche es larga, dicen, ésta noche ya fue para mi.
Un día pensé que podría ser alguien mejor.


 No sé, estaba en  una casa, había un carrusel de rosotros, pero:  ¿cómo llegué? ¿cómo salí? Ahora hay pasto en todos lados, - deja que se vaya – Escuché. Ese eco resuena hace horas, días, años quizá.

Éste  inconstante del tiempo es maravilloso, si pudiera habitarlo sin límites, pero no, no es posible y ahora lo único que no tiene límite es ésta alfombra de pasto, podría sentarme, o acostarme, el aire frio que llega y desmenuza el tufo a alcohol en miles de hebras, que las lleva al infinito, qué más da.

El cielo es limpio, las estrellas se mezclan brillantes con la pastilla fluorescente, solo cerrar los ojos quizá, solo un segundo, pero en la inconstancia del tiempo un parpadear basta para que llegue el sol, que quema, que sulfura como antes de cerrar los ojos la carne, corroyendo incesante con la lumbre de dragones cada minúsculo centímetro de piel, todo duele, todo cala los recuerdos vuelven como dagas.

Un día pretendí ser algo mejor,  tiro la colilla en el mismo sitio que ese día estaba hecho mierda, lo remato con la punta del zapato, escupo el humo, el atardecer sigue su rumbo, y repito:

un día pensé que sería alguien mejor, no sé que pasó.

sábado, 4 de julio de 2015

Marsupiales - próximamente















doppelganger

Y aquí estoy,
deshelando el corazón con picahielos.

Habitante, pasajero de la soledad,
lobo en la ciudad de las estepas,
se acabó,
perdí la razón,
por deshacerme delos sueños
 y volver a la realidad,
solo a mí se me ocurre,
regresar
 al corazón mordaza,
 corazón tóxico de gas mostaza,
exponente de la contradicción,
porque el doppelganger suicida lo logró,
y heme aquí,
adentro,
de éste cráneo siniestro,
sin más voces que la mía y el eco.

Era muy sencillo complicarlo todo,
explotar con la furia de un dios,
 moribundo.

y el amor,
se escapó,
no busco la esperanza,
ahora  tengo en los ojos el sedimento crudo de tristeza,
irónico,
ahora la gente me sonríe,
los niños no se esconden tras sus padres,
cambió mi mirada,
pero sigue habiendo un agujero entre los ojos y el alma,
sigo preso,
en éste cuerpo que vuela,
con éstos pelos hirsutos,
con toda ésta piel y hueso.


y aquí adentro de éste cráneo se vive la verdadera soledad,
paisajes y habitaciones del abismo.

 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...