sábado, 31 de octubre de 2020

claridades




se necesita una salvaje valentía para quererme,
por mi intensidad de mar,
por la ráfaga de viento,
yo puedo ser que sigo siendo una tormenta,
que solo viene con la marea,
quien me ha abrazado,
entiende mis desplantes de ternura,
pero es difícil levitar;
 en la contra-adictoria forma mía de ver,
la vida ha sido un espasmo de orgasmo,
un estertor,
pero ha sido lenta y voluntariosa,
se necesita una salvaje valentía para quererme,
y bien se necesita más para quedarse,
por el tiempo que decidan,
y agradezco y a mis amores y amantes por estar 
y entender lo que debieron en su tiempo
y hacerme entender lo que debía.

quien me ha abrazado y abrasado,
entiende lo permanente e imperecedera de mi presencia,
a veces vengo con el temporal,
y puedo ser amor, sexo y música en las azoteas,
otras,
no soy un simple soplo,
y entiendo
que dicha inconstancia
solo se asemeja en la claridad del tiempo.



 

martes, 27 de octubre de 2020

ventana sobre las dictaduras del amor



El amor nunca es horizontal,
quizá por eso la palabra está mal escrita,
 es una mala traducción del lenguaje del corazón,
una fé en erratas,
hay clausulas apócrifas en las dictaduras del amor,
dicen los que escriben,
(porque en el fondo,
 los que tienen la letra,
aunque no tengan la razón,
tienen la palabra
y el poder de esculpirla)

dicen los que escriben,
que el amor se debe al servilismo,
contraparte abnegación,
la clausula oculta debía decir, algo así como:
el amor te endeuda,
a la dictadura del favor,
a la que se debe a su caridad.

por fortuna,
han existido otros traductores,
que han asomado de entre esas fieras bíblicas,
casi irrefutables, sus errores dogmáticos
a los que ejercen en el nombre del amor
y de sus malas traducciones.

entre la dictadura del favor,
nos enseñan,
dígamosle,
la deuda primigenia.
en la que nosotros, le debemos al amor,
antes de aprender a ser amados,
y del que derivan sus preguntas
(y sus excepciones)
ahí se encuentra el:
¿Tú me quieres?

la deuda es el no
(que nos debemos),
el rotundo no, 
el inexpugnable de la mente
y no hay monto que pague lo acordado,
porque si la pregunta del me quieres nace desde el no,
se está en el punto ciego del banco crediticio del amor,
y seamos honestos,
no hay abrazo constante,
caricia perfecta a lo eterno,
la vida son eternidades que caben cada cinco minutos.

no, no me quiere,
es la respuesta,
previa a la pregunta
y entonces el deudor debe mostrar,
el si,
si te quiero,
y la abnegación se hace presente,
porque la pregunta es la lanza constante,
y siempre es duda,
siempre es deuda.










martes, 6 de octubre de 2020

contradiccciones



el éxito ,
es en si mismo es seguir vivo,
en éste tercer mundito,
no sé si vivo,
pero si que sobre-vivo.

y hay que agradecer:
a la pulmonía de veinte días,
a la señora que me llevaba de la mano,
a la adicción,
a la esquizofrenia.

a las rayas que tengo en el pecho,
a las balas que no me escupieron,
a los ladrones y a los policías,
al narco,
que es el mismo estado,
a la noche,
al pazón,
y si que sobrevivo,
al Estado
de Shock.

sobrevivo a mis amigos muertos,
y les debo la insurrecta vida,
al existir yo existen ellos,
ellas,
en el reducto de ideales,
en el absurdo de vivir,
sobrevivo al amor,
al cansancio,
he aprendido a rencer.

sobreviví, de entre los que desaparecemos,
nos esfumamos,
sobreviví a mi tristeza,
a los asesinatos,
no sé si vivo te digo,
pero si que sobrevivo,
en éste tercer mundito.


sobrevivo
y Revivo,
a lo que me dijeron era el éxito en la secundaria,
a estar drogado en el auto,
conducir rápido,
porque te meten los clichés hasta por el coxis,
de lo que es ser un hombre,
sobreviví a chocar hombros,
a perder el sentido,
de quitarme la idea,
                                    de lo que es el éxito,
a la idea                            
de lo que debe ser un estudiante,
de lo que debe retratar un fotógrafo,
de lo que debe escribir un poeta,
de lo que debe amar uno,
pero dos o tres me salvan,
los que viven en mi,
los que no morirán conmigo.



pero,
quizá
la muerte no esta destinada a la vida,
y los fracasos son una sucesión exitosa,
de triunfos dolorosos
y los banqueros 
y los maestros 
y los visionarios
y los polítologos
están equivocados
y el éxito 
es eso,
que solo los parias sabemos,
que es
 la más grande incognita escondida por el capital,
y aunque mis sueños sean pequeños,
que sigan siendo insurrectos,
como ésta contradicción de decidir seguir vivo.







 

 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...