te extraño,
lo suficiente para decir aún te extraño
y no quiero que extrañarte sea costumbre,
que me acostumbre y empiece a olvidarte.
hay momentos entre la prisa del tiempo,
que me corre y recorre de un sitio a otro,
que me das la pausa para sonreír de la nada,
me acompaña a ratos tu ausencia,
y ahí estás, regalándome un collage,
tocando con mano ausente,
no quiero que te vayas lo suficiente para dejar de extrañarte,
para que la lluvia se lleve tu ausencia,
que la prisa de mis días sea la brisa que lava la memoria,
que eres esperanza dulce,
tierna y lóbrega,
que labriega y zurce la risa,
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