viernes, 11 de octubre de 2013

Balam

soy copiloto de ésta nave,
tu inocencia son las  alas
balas de inocencia,
suspiros de conciencia
de atravesar el cielo
no hay más motor en ésta búsqueda
y en ésta tormenta de desierto
nunca más pecho desierto.

no sabía que los peces comían manzanas,
ni que las hojas de otoño son veleros ,
que los juegos son enormes
y no te derrotas a subirlos solo.

y a ellos puedes ya subirte,
y me sale una lágrima de verte crecer
que me duela algo la espalda
  pero me rehúso a no cargarte
quisiera estacionarme de nuevo en éste día
curioso que yo te cargo
y tu no dejas que me caiga.

jugamos que cocinabas
y agua de fresa preparó el pequeño,
hace días escalamos hacia el cielo
es más difícil bajar eso lo sé
y no había sentido una confianza
tan absoluta.

no pretendo nada de tenerte todo
no te gusta que encontremos a mi gente
y si lo admito me da gusto que me jales y te escondas tras mis piernas
para seguir andando,
entendiste me dolía la espalda
pero aún así no me gusta dejarte
cuando duermes en mis brazos
no hay una sensación por más sublime
y llorar de tan quererte.

cuando te vi ese día de agosto
sé que abriste tus pequeños ojos,
y me viste para sonreir
saberme el que te hablaba al vientre
y te cantaba canciones muy quedito
todo estará bien te susurraba
ahora buscamos sombrillas
circulos y bicletas
motocicletas y camiones
y que camines como yo,
y como pavorreal andar presente,
para estar.







2 comentarios:

  1. "y llorar de tan quererte".
    ... y aquí se queda una tarde de otoño... dichoso el par, uno escribe, el otro lee, se congela el momento... cual fotografía del corazón...
    Bendito placer de andar cargando el corazón por fuera, mientras se pueda... B.G.

    ResponderEliminar

 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...