domingo, 27 de octubre de 2013

ábrelos



en ti no habita la tristeza,
te bordean los grises de otros ojos,
entiende,
que no eres tu quien se destruye,
y no te alimentas con el son del corazón
y a las hormigas que salen de tus ojos,
buscan azuquitar para ser felices,
déjalas correr.

si bien te habita un dolor continente,
que te contiene,
 de estallar en risa,
también hay detalles banales en la brisa,
cuando te toca el rostro de memoria,
eso es importante para el alma.

no te sulfura la pobreza,
esa del alma que busca la entereza,
déjate acariciar el alma
y en calma quizá toquen tu cuerpo

arriésgate menos respira más
y abre los ojos
ojodeviento

1 comentario:

  1. déjate acariciar el alma
    y en calma quizá toquen tu cuerpo

    ResponderEliminar

 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...