hay una delicia
en ser un amante maldito,
cuando has enamorado a la muerte,
cuando caminas con desidia en la vida,
hasta verla.
esa belleza de andar sobre Janto,
y a ella que la has visto,
la has tenido ante ti te vuelva a tocar los labios,
te suspire, te deje.
no es algo indigno enamorar a la muerte.
anda, ven
y enséñame como a Oliverio
a jugar con trenes.
en ser un amante maldito,
cuando has enamorado a la muerte,
cuando caminas con desidia en la vida,
hasta verla.
esa belleza de andar sobre Janto,
y a ella que la has visto,
la has tenido ante ti te vuelva a tocar los labios,
te suspire, te deje.
no es algo indigno enamorar a la muerte.
anda, ven
y enséñame como a Oliverio
a jugar con trenes.
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