a esta altura, hay pocos días,
que voy retratando ausencias,
a esta altura quinto piso,
lleno de recuerdos sin vergüenza.
camino entre ellas,
es un harem de éstas,
me difumino de palabras en tal sitio,
aquí un primer beso,
allá un abrazo,
aquí allá acuyá,
no importa segregarme en piezas,
sigo destinando olvidos
y caminando,
en ávidos pies
que se desmontan en el viento,
en ávidos pies
que se desmontan en el viento,
tal vez mi naturaleza finita,
que deja pocas huellas,
marcas y mordidas,
heridas que hice sin querer,
otras con un poco de malicia y corta sangre
y ésta hambre de amor que nunca mata
pero si he de ser confeso,
admito,
que espero,
o más bien desespero
ansioso,
el paladar etéreo,
que sin dudarlo
me detenga,
ahí.
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