domingo, 12 de mayo de 2013

no sense

regreso a mi liquido manantial,
y me recibe tormenta,,
una orquídea bailando sobre los lagos,
a punto de aventarse,

la ciudad me recibe en gritos de eco,
de una liquida bailarina con sueños de opio

y yo,
despierto sueño, me tambaleo y fuego,
a un cigarro más que me fulmina.



y no tengo más nada que decirles,
que me siento dignamente fastidiado,
que quería regresar
y aunque la ciudad me recibe tormenta,
no hay más gotas de lluvia
solo las que destila mercurio
metal en guerra,
con lo que crea destruye,
la jeringuilla que escupe esa soledad bajo la sabana
y yo, con un hueco en la frente,
en el alma
y en el alba escribo,
o pienso que escribo,
por que no la nostalgia digo cosas que nunca digo,
pero hoy, regreso a casa
y la ciudad me recibe tormenta.


no soy hombre de puerto,
pero regreso de ser viajero desorientado,
buena suerte y bola ocho,
que elegí por camino
y el vino lo dejaré al futuro,
y que los hijos entierren a sus padres debería ser ley.

debería ser ley.




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