No, no tengo la culpa,
de que a mi lado
crucen poemas indescifrables,
a veces se reúnen en un café,
los más bellos versos,
sin embargo cruzan tan rápido
que apenas puedo oírlos,
mirarlos como mirlos,
y las golondrinas que huyen.
a veces paso del azul fuego,
al naranja del ocaso,
pero días como hoy
me silencio para no verte,
sin tenerte,
te entretengo en el plexo,
entre el esternón y las espalda,
que cruzas como espada la pared,
sin forma,
pero,
ésto no tiene sentido
dirección o mapa,
solo se siente una estaca de tenerte y no tenerte,
veamos pues el despegar de un ave
un avión sin condición de prosa
de verso libre qué es poca cosa,
como el asiento terciopelo de mis sueños,
escribo en flujo
que no se halla en los libretos,
ya que tengo la palabra como mero
cuento que se disuelve de mi boca.
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