preferiría:
describirte el mundo,
pero lo desconozco,
soy hermetico,
patético.
preferiría contarte
que soy un marco polo,
pero soy un viajero resignado,
sin estrategia.
preferiría eso,
a hablarte siempre de mi barrio,
en donde nadie juega pelota,
y desde mi cueva,
miro día a día el declive,
la decadencia
y de cadencia poco,
solo mis torpes fantasmas
mueven sus pies
con cumbia,
con el sudor de la caña,
en un domingo bajo la lluvia.
preferiría:
no nombrarme un extranjero,
y creer que mi barrio
es mi patria
y que la patria de al lado
esta unas cuadras más allá,
y que el más allá
es una suerte bendita
en la que creo.
sin embargo no soy un viajero,
y tengo mis pies al piso,
mis orejas eternas en la música,
que me hace conocer
y desconocer mi verdad,
a veces,
bueno, no solo a veces,
siempre o casi siempre,
admiro a quienes bailan,
con la magnifica
y absoluta certeza,
de ser y solo ser cuando se baila.
pero ahora y tal vez para siempre,
estaré aquí,
en un rinconcito,
peleándome conmigo,
ya sin mis otros yos,
que no se asoman discretos,
se ausentan, me mal miran
y salté de la hebefrenia al vacío,
para sentir que:
el piso no está mas lejos
que mi cabeza a mis pies.
preferiría,
pero te admito,
que no conozco nada más,
y me resigno a no conocerlo,
y los señores del Alba Atroz,
las golondrinas,
los lobos,
los arboles y cuervos,
y la muy mucha fauna mía se ausenta
y ausentará.
describirte el mundo,
pero lo desconozco,
soy hermetico,
patético.
preferiría contarte
que soy un marco polo,
pero soy un viajero resignado,
sin estrategia.
preferiría eso,
a hablarte siempre de mi barrio,
en donde nadie juega pelota,
y desde mi cueva,
miro día a día el declive,
la decadencia
y de cadencia poco,
solo mis torpes fantasmas
mueven sus pies
con cumbia,
con el sudor de la caña,
en un domingo bajo la lluvia.
preferiría:
no nombrarme un extranjero,
y creer que mi barrio
es mi patria
y que la patria de al lado
esta unas cuadras más allá,
y que el más allá
es una suerte bendita
en la que creo.
sin embargo no soy un viajero,
y tengo mis pies al piso,
mis orejas eternas en la música,
que me hace conocer
y desconocer mi verdad,
a veces,
bueno, no solo a veces,
siempre o casi siempre,
admiro a quienes bailan,
con la magnifica
y absoluta certeza,
de ser y solo ser cuando se baila.
pero ahora y tal vez para siempre,
estaré aquí,
en un rinconcito,
peleándome conmigo,
ya sin mis otros yos,
que no se asoman discretos,
se ausentan, me mal miran
y salté de la hebefrenia al vacío,
para sentir que:
el piso no está mas lejos
que mi cabeza a mis pies.
preferiría,
pero te admito,
que no conozco nada más,
y me resigno a no conocerlo,
y los señores del Alba Atroz,
las golondrinas,
los lobos,
los arboles y cuervos,
y la muy mucha fauna mía se ausenta
y ausentará.
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