lunes, 9 de julio de 2012

brújula 1.02

esa noche
 entré a la cárcel
por andar descalzo.

esa noche

dibujé un mapa
de todos los sueños previos,
y todos los que vendrían,
manché los colchones,
         con llantos
    con cantos,
con tiza blanca

              y con tantos
sonidos vacuos que me esgrimían,
con el arroz y la sal
la misma

           (si la misma)

que hoy quema mi boca,
y la cal
que tiré a los muertos
también los mismos
 de la memoria,

y no hace falta decirte
que la sal en mi boca
es la dulce lágrima
 tierna y lóbrega
que me amarga la cena
que te amarra a esa escena
y ese patetismo me apena.


esa noche
y quizá otras tantas,
tal vez igual que ésta,
que me quité el calzado,
y decidí irme a naxos.

 como siempre
y como nunca
mi corazón-brújula
eternamente imantada,
me guía engañada
a la bella rompiente,
inconstante consciente,
que en el silencio
previo,
 al  verdadero silencio
en sana alegría,
destruyo mi vientre
con las mariposas y lapsos
que en espacios y tratos,
que me laxo
   y me pierde.






4 comentarios:

 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...