aves transparentes
cortan mi cabeza
que se va con las olas,
bajo la neblina nada mi cuerpo,
y yo sigo soñando...
las aves,
que viven bajo el agua
se llevan mi cabeza,
transportan la furia de las sabanas
que la sostienen
como una red,
y yo sigo soñando.
nunca lo noté,
mis ojos siempre están cerrados,
cuando río,
lloro,
durante el orgasmo,
cuando hablo lento
incluso, cuando lo hago con el pecho,
cuando los abro,
y si, sigo soñando...
la nuca está cubierta de polvo,
un tibio sonido añejo
casi dilatado como mis pupilas,
la furia de mis cobijas
me protege.
la nostalgia y el óxido,
el patio, césped, la pileta,
el hoyo que quedó del naranjo,
que en realidad nunca cerró...
me gustaría quedarme ahí,
antes que abrazara el insomnio,
mis manos son de polvo,
mis ojos sedimento,
y poder despertar,
en otro cuerpo
que era el mismo,
solo más ingenuo,
pero las cobijas
trasportan mi cabeza
como una red con carnada,
para alimentar la furia infinita
del sueño maldito que me acecha...
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