suspira humo al tiempo,
con la poca niebla
se van los fantasmas,
respira, sorbe el tiempo,
por que el templo
de su vientre,
esconde secretos adversos,
así pues se levanta,
saca esa mirada
que solo se permite a solas,
tira la colilla, sobre las cenizas
de fuegos pasados,
pesados, empaquetados y olvidados.
Se permite suspirar,
quizá el ultimo,
que es continuación
de principios,
que lentamente caen,
sobre un campo
de flores grises,
de primaveras pasadas,
pisadas, espolvoreadas de futuros.
cierra el libro
junto a una piedra de río,
que algún día contendrá su hogar,
cierra el libro,
y decide en que lugar irá cada cosa,
donde está esa mariposa
la cabaña se erigirá...
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