lunes, 25 de mayo de 2009

2009

La sigilosa búsqueda nocturna es infructuosa, en caxa, esperando, el reloj marca mas alla de las tres a.m. bostezo camino, fumo, tomo refresco, vuelvo a fumar, me siento como en un libro barato de detectives, aunque definitivamente es mejor que estar en casa al borde de un colapso nervioso o un cuadro de ansiedad.

Al andar mi mente se fuga, regresa unas horas antes, así que ahí estoy, bajo del automóvil, el señor D. me acompaña, quedamos de vernos con el Dr. C. (esto de las iníciales me hace sentir muy Kafkiano), no hay mesas libres, la caña está atascada, oye voy al baño, sin más preámbulos, me dirijo adónde es prudente, y para mi desconcierto ella está ahí, en una mesa.

Fumo un cigarro más, mi garganta me reclama, la tos de fumador, el frío, me siento cansado…

Mis ganas de orinar se asustan, se esfuman, la busco en una espalda, sin embargo no es ella, me descubro estúpidamente contemplando a alguien más solo para voltear un par de personas más allá y descubrirla. Fer, posiblemente Natalie mi prima, marco y su hermana, están en la mesa. al hallazgo no la miro, una animadversión total, las imparcialidades entre todas las emociones posibles se hacen presentes, paréntesis… nos miramos… cierro paréntesis… salgo, huyo nervioso, siento una gota de sudor en mi frente, me hallo con el señor D. frente a un teléfono de monedas, afuera de la caña, al cual solo menciono, ahí está, he tenido sorpresas bizarras, comprar un cráneo humano por 27 pesitos moneda nacional del águila, y descubrirlo agusanado y cubierto de una nata café, y “está roto del coco” como mencionara el “trópico”. o estar al borde de caer de un tren de carga, gracias a un cable, etc.etc. Pero creo que esta sorpresa se lleva un homenaje.

El señor D. espera de manera frontal, el Dr. C. se esconde un poco la posibilidad de verla y no verla sola, es atroz, yo por mi parte me siento. La búsqueda es infructuosa ,regresamos por mi auto, y andamos otro rato mas jugándole al detective, antes de llegar a caxa en el café lindo el dr. C nos conto toda la historia, D. y yo estamos en situación de entenderle, sin embargo sé que podemos arrastrarlo a nuestra inestabilidad, que para D. y yo es habitual, es sencillamente sobrellevable, para el Dr. Es diferente, una relación de nueve años, todo cae por su peso, técnicamente la lógica indica que ella estaba con alguien más antes de terminar con él.

La ropa se seca, el pelo crece, el tiempo pasa…

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