miércoles, 4 de enero de 2012

suspiro,

encuentro la nostalgia como un nudo,
          que se va acurrucando,
  de los píes a la nuca,

    pierdo el hilo,
  y cada conversación,
me trae olores de recuerdos,


             disocio,
 pero hay pocas tangentes,
        muchas palabras,
         poco sentido.

 pongo mi mano en la barbilla,
              suspiro,
mientras escucho lo que no me importa,
y mi egoísmo me estanca con migajas,
         y destrozo mis ritos,
              en concreto,
         como algodón de azúcar.


repaso cada día que queda en mi recuerdo,
             y llevo días recordando,
                    en la balanza,
es difícil poner contrapesos que no ahorquen,

así que suspiro el humo,
veo las estrellas,
me aíslo,
en la ciudad turbulenta,
donde queda poco por  decir.


no hay más sueños de opio,
y el delirium tremens,
los ojos abiertos de un muerto,
cubierto, de alcohol y una sabana,
me escupen verdades en la cara,
sin un absoluto,
disfruto tenuemente este suspiro,


25, como los cigarros...







 me enamoré del río y de la calma, del sudor fresco que destilan mis albañiles, del café, de la fruta, de mis hijos. me enamoré de éstas roc...