miércoles, 7 de julio de 2021

no sé decir



siento pulsiones de amor,
pero no sé hablar de amor sin ser tirano,
dictador,
esclavo,
quiero decir amor sin decir cadena,
sin decir quiero ser y poseer,
para ver,
que me he sometido a la esclavitud de las dictaduras invisibles.

quiero decir amor,
no ser omiso,
quiero sentir amor
y no ir a las charlas,
y grandes cátedras de poesía,
a escuchar en las tertulias,
 como dicen ambrosía con la seductora voz de la alegría,
inocente, de esa misma alma mía que me guía 
a hacer lo mismo,
ser uno hegemonía,
privilegio,
pero,
tampoco quiero ser esclavo u oprimido,
por ese dual camino he decidido no decir amor.

hoy que me reprocho,
rechazo y me río,
y que la culpa de la libertad,
de manejarme en la otredad de no decir amor,
poesía,
tertulia o ambrosía,
que mi mente me guía para no saber decir amor,
sin ser dictador,
esclavo.


perdí mis límites y cedí a caprichos,
me olvidé de mi estando en par,
me puse en un mal lugar,
después,
se me culpó de todo
y yo me tragué las culpas,
algunas que no entendía,
otras que no debía, 
y ahora solo me reprocho de las que no me pertenecen,
y parece que perecen en la aliteración de mis patrones,
que me provocan rebeliones,
que me provocan.


la vida me ha guiñado el ojo,
la disciplina me ha venido bien,
me recuperé de la rodilla,
he vuelto a saltar,
a reír,
a no prestarle atención a las malas lenguas,
y aprender de nuevo a no tomarme tan enserio,
a abrazarme en soledad,
decir criterio,
a dejar lejos a quienes quieren obligarme a ser,
a hacer,
a tomar partido,
fracturar lo herido,
he decidido tomar café,
fumarme mil tabacos,
roncar como león sin que nadie me moleste,
dormir solo.


después de decir amor me lavé los dientes,
acaricié mi frente,
me toqué mi vientre.





 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...