viernes, 26 de abril de 2019

pornemas tiernos




quisiera escribir un poema en tu sien, 
directo de tu pecho hacia el coxis,
dibujarte una rafaga de besos en el rostro,
una estampida de espuma en el vientre,
ser el amor con un ojo cerrado,
el mar,
el amar,
el magma,
con tus piernas de tornado,
a tu neblina de viento,
con mi vaivén de barco,
ser en mis dedos un templo,
hacer de la palabra el tacto,
al alma un pacto,
hacernos mecer en actos
donde se conjuga el big bang de éste  universo
sin desencuentros,
ser la misma sonrisa al vernos desnudos,
el río en calma,
el cariño muerto,
el cigarro,
el sofá un huerto,
de historias inmunes al olvido.


quisiera conjugar patologías,
cronologías,
crucigramas,
fetiches,
ahorcarte tierno,
abrazarte el alma,
morderte el cuello mientras arqueas la espalda,
 en el sillón
ser tu ternura lúgubre,
tu juventud en fuga,
tu alma en brama,
desatar tormentas desde tus muslos,
desatar la ropa,
los nudos,
los tabús,
los prejuicios,
desatar la piel,
abrasar el fuego.
abrazar el vuelo.


quisiera escribir un poema en tu sien,
y dejar de dibujarte en mi mente,
dejar de beber café a irme a la cama,
después de fumar un cigarro,
y desencadenarme de vos.


miércoles, 17 de abril de 2019

Creo que estoy muerto





cuando crucé el umbral de los muertos por primera vez, y regresé, viví el más pleno de los días.
casi todo el mundo, camina negando la muerte, negándose a la muerte huyendo a toda experiencia que le arriesgue, que le muestre que es tan frágil como una rama en el umbral nervioso de lo dedos.


Es distinto cuando lo cruzas por primera vez, la siguiente comida es la más deliciosa de todas, el agua retoma su sabor a vida y así fue como mis besos se transformaron en mi verdadera manifestación de amor, después de cruzar la puerta de los muertos, y verla, en su majestuosa belleza, hice con los labios el amor a la muerte, como no amarla, si su deslumbrante belleza es la sublime palabra que no existe.

con una caricia de labios sé quien ha besado a la muerte, quién siente cada beso, como si fuese el último o lo siente como si fuese el primero, el beso unigenito, el verdadero. hay una especie de vacío en los labios que no han tocado la muerte que pretenden engañarla, que no la han visto en su magnifica belleza. es una calma distinta, que no busca la boca como si la oportunidad y el momento, la casualidad, o los putos planetas que rezan se pudieran alinear por siempre, una boca que ha tocado la muerte no pierde el tiempo, no con ello son besos de tornado, con una ansiedad de cuerpos, No, quien ha besado la muerte sabe inhalar el alma,  degusta de forma gourmet, aunque se quede con hambre, los labios que ya han probado la muerte, besan para saber si estás vivo, muerto, moribundo, vacío, buscando, encontrando, sus labios se moldean, te moldean. ya estoy tan cerca de la muerte y ya tan de costumbre, que aunque no lo pretenda mis besos más calmos provocan tormentas, eclipses, explosiones, adicciones, tornados, erupciones, magma, desvergue, degenere. cada que enciendo los labios y beso, beso también a la muerte, a mi muerte tal como quiero besarla hoy.


Por eso a veces sé cuando es ella quien me besa, porque me enamoré de la muerte y también la enamoré, solo podremos besarnos ésta última vida, ya ella solo podrá amarme dormida y en cada sueño me recordará. por hoy, ella me mata tantas veces como necesita, para que no muera, tantas veces no me mato para poder soñar con recuerdos de cosas que así ya no sucederán.  no soy un semidios o un inmortal, no soy el que juras que no siente miedo, soy el que se está cansando de la intensidad del mar, cansado de cansar a los demás de amar, ya me cansé de experimentar, de cuestionar, de andar y la razón es sencilla, me volví a enamorar.

 Y cada día sin mi hija me siento como si fuese un fantasma. cuando asesinaron a Nadia y a Ruben en mi mente de la nada llegaba un "desearía estar muerto" hace semanas cambió a "debería estar muerto". hoy, me llegó así "me siento muerto".











 con el tiempo la vida no se vuelve de uno, uno se devuelve a la vida a dar un poco de lo que recibe, y en ese afán de gratitud, uno se hace...