viernes, 31 de agosto de 2012

.002

a veces,
si, a veces
solo puedo mirar cuervos,
aunque hay golondrinas en la isla,
soy  ave
que se despide del tiempo,
vuelvo al sur,
siempre parto del silencio
y me aterra,
siempre me aterra,
la franca posibilidad de no volver,
a ésta nueva isla
de no volver,
a ser
un hombre cuerdo
que escapó del fango.

hay fragmentos
 de cadáver exquisito,
                   en la memoria.

hoy huele a gardenia,
y suspiro,
por dejar
la ciudad de los coyotes.

tengo un ojo más pesado,
se cansa y desenfoca
soy ojo de viento
entre la copa,
de un árbol
que suspira en desaliento,
de volver
y no ceder más que el asiento,
a tiernas madres niñas
en vagón del metro.



y las vías
serán aun mis interminables amantes
que no se tocan,
        nunca se tocan.


extraño volar entre los trenes
más que antiguas percepciones
pero el tiempo se pasó,
y tengo,
mi juventud de laguna
años de laguna.


me asombra el salto al vacío
que me deja abandonar
esta hebefrénia,
que refrenda y tributa,
a esta noche
una bella cordura,
 etérea.

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